(*) Se introduce el abuso sexual de niños para justificar que la madre de la niña “se de vuelta” y pase a ayudar a Sbaraglia, que intentaba desde un principio robar al ladrón del banco, y así juntos escapar con el dinero del robo y de ese diabólico ser humano.

Si bien es cierto que “gente violenta” ejerce violencia sexual con sus hijxs/hijxstrxs, también es que lo hacen las personas no visiblemente violentas, así como también de otras clases sociales/culturales. Un tema universal y tan difícil de combatir como este, se presenta como twist final en las espaldas del ya detestable personaje que lideraba el robo del banco, quién ya había torturado y asesinado sin siquiera dudarlo, cambiando poco su ya despreciable personaje, convirtiendo semejante atrocidad en algo innecesario e irrelevante, quitándole valor y peso.

Tampoco se agrega algo interesante a la discusión de este tipo de crímenes, mostrando el tipo de victimario más obvio, cuando lo alarmante es que personas "normales" y "no obviamente violentas", también son comúnmente culpables de estos delitos. Cuando muere el personaje de Echarri, es una feliz justicia por mano propia por la tortura y asesinato... y también por violación de menores. Ese es el punto. No cambia nada. No hay catarsis por semejante atrocidad. Nadie se enteró de lo que hacía y su muerte violenta indolora, se hubiera dado de igual manera tarde o temprano en la trama principal del robo que Sbaraglia habría complicado.

La ineficacia en el uso de esta oscura sub-trama es de amateur y el asqueroso sabor amargo de toda esta parte de la historia, provoca nada más que eso. Se alude que el personaje de Luppi (de la fuerza policial) ayudaba con el crimen para recuperar pruebas de un crimen similar. Algo parecido a lo hecho en “El plan Perfecto” de Spike Lee, pero mal ejecutado. Allí, la persona "supuestamente decente" quería recuperar pruebas de las manos de ladrones, para mantener su imagen, sin cometer ningún crimen. Cuando nos enteramos qué es lo que quería, su personaje pasa de gris y cuestionable, a aberrante. Esa sub-trama cambia completamente cómo lo vemos.
Aquí el ya corrupto policía estaba ayudando a los ladrones. El policía ya era malo porque ayudaba con un atraco. Al "enterarnos" qué quería ocultar, simplemente se transforma en "más malo aún”, de nuevo, sin cambiar su personaje lo suficiente para justificar el agregado de semejante aberración.