La vuelvo a ver veintisiete años después de su estreno -aaay!- y me sigue funcionando como comedia, romántica añado. Porque allí están ellos dos, Meg y Kevin, aliñando con gracia el producto, sobre todo con sus titubeos, antesala exacta del idilio. Un idilio aderezado con el robo de un collar por el que Jean Reno intercederá muy bien. O sea que tiene ingredientes de todo y si a ello le sumamos el paisaje de un viñedo, una escena fantástica sobre la esencia del vino y la música final con el mismo Kline cantando "La mer", como el francés más genuino, o el 'Someone like you' de Van Morrison tras un estupendo beso, el remate ya es perfecto.

(Y muy bueno el gag de esa Torre Eiffel, apareciendo y/o desapareciendo, a tenor de las circunstancias...)