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Voto de devlin:
10
Comedia. Romance Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen). (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo una de mis tres o cuatro películas favoritas ha podido tardar tantos años en ser descubierta? Ni idea. Aunque cierto es que jamás llegué a olvidar aquel mítico beso en la capilla que se repetía en mi niñez en la cabecera de aquel programa de cine.
El hombre tranquilo es una historia mágica que te transporta a esa Irlanda esmeralda y fantástica y que hace que todo se desprenda de su parte mala y permanezcan en nosotros el optimismo y la música. La historia de Sean Thorton, emigrante irlandés que regresa a su tierra para deshacerse de sus demonios, creo que nos llega tan hondo porque desde el primer momento nos sentimos imbuidos en ese escenario y sentimos que somos también esas personas.
De algún modo, John Ford, y todo su equipo consiguen transportarnos a ese universo alternativo de Innisfree, que nos pinta como si fuera un cuadro. Con pocas películas me he reído más. La música es un personaje más. El guión es ácido y divertido. Es una película llena de sentido del humor, pero a la vez los personajes no están exentos de dramas en sus vidas, aunque consiguen sacar la parte buena de ella. A la vez, es una de las historias de amor más bonitas que se han contado en la pantalla, con escenas inolvidables, desde el famoso beso en la cabaña que también era un icono reincidente en mi infancia (gracias Mr. Spielberg), a la forma en que se sienta Maureen O’Hara con John Wayne después de haberse peleado, confesado, y reunido al final del día y se abrazan. Los actores están sensacionales. Creo que es la mejor interpretación de ambos protagonistas.
En cuanto a la supuesta misoginia de la película, obviamente la aparente moraleja de la película, que todas necesitamos un hombretón que nos tire de los pelos y nos domestique, es bastante políticamente incorrecta, pero si te paras a pensar en el trasfondo de la película, y que no es ese el mensaje que te está transmitiendo, te parece un chiste más. De mal gusto, pero un chiste más. Cuesta verlo, pero ni Maureen O’Hara quiere “sus cosas” para estar en casa con la pata quebrada esperando a su maridito, ni le deja porque se sienta avergonzada, sino porque cree que no lucha lo suficiente por ella, ni él accede a sus deseos y la arrastra por el prado delante de todo el pueblo porque sea lo que debe hacer un marido como es debido. La realidad es que los dos personajes tienen un compromiso y ese compromiso se enmarca en la Irlanda rural de los años 30. Por encima de ello, los dos son personajes valientes y de gran carácter. Así que, no, no me pareció machista.
El caso es que a mi edad ha sido maravilloso descubrir esta prodigiosa e irrepetible película, por muchos motivos, pero sobre todo porque es impresionante cómo esa felicidad que te inunda mientras estás viendo la película se te queda un poquito para siempre.
devlin
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