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España España · Barcelona
Voto de Wolf:
10
Drama El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase que da titulo a esta crítica es la que pronuncia un Miguel Inclán superlativo en su papel de músico ciego que se gana la vida cantando en las calles de la capital mexicana, un lugar donde se desencadenan desgracias sucesivamente. Las desigualdades de aquella época no son nada en comparación con las de hoy en día en cualquier país latinoamericano, a excepción de Cuba y Venezuela que actualmente marcan el camino que debe seguir el continente tanto en economía como en la lucha por combatir la extrema pobreza y los inacabables problemas sociales que a muchos en nuestras sociedades occidentales todavía les cuesta reconocer, a veces por vergüenza y otras por un analfabetismo candente maquillado a base de smartphones y entretenimiento de dudosa calidad, panem et circenses, literalmente, pan y espectáculos del circo. En el sur de Europa también podemos dar fe de que así es.

Buñuel, al igual que en 1933 con Las Hurdes, retrata de forma magnífica lo que significa nacer sin nada, ser alguien completamente olvidado por el sistema y tener que luchar contra viento y marea desde que se empieza a caminar, es una película tremendamente dura, refleja con crudeza y mucho pesimismo el destino que les depara a estas pobres gentes, un drama de proporciones mayúsculas pero muy necesario, no basta con ignorar la miseria y esconderla bajo la alfombra del capitalismo que, con sus luces de neón y su dispositivo neoliberal de felicidad, o más bien de la obligación de ser feliz pase lo que pase, nos distrae de los verdaderos problemas que nos afectan a todos y cada uno de nosotros, excepto a una minoría muy reducida.

Es importante observar que nada es bonito en este largometraje, todo es una continua retransmisión de las tragedias que viven nuestros protagonistas, familias desestructuradas, suciedad, falta de alimento… y claro ante todo este panorama tan desolador entra en juego rápidamente el crimen, el hurto y la violencia. No es una película para todo el mundo aunque es relativamente fácil de entender, si te gustó Barbie y lo flipas con las últimas de Tom Cruise permíteme decirte que esta cinta no es para ti, desde luego. Pero es una auténtica obra maestra que hará estremecer sobretodo a los más empáticos, a los que piensan, a los que son valientes y capaces de alzar la voz ante un mundo cada vez más desigual, el pasado era bastante oscuro pero el presente y el futuro es algo que da verdadero pánico y es por obras como esta que el cine debería existir, para llenar la cabeza de los nuestros, de nuestra población con material social de alto valor. Un clásico atemporal que en la segunda década del siglo XXI sigue más vivo y realista que nunca.

Reparto e interpretaciones maravillosas, sensacionales, además del ya mencionado Inclán cabe destacar también a Estela Inda en su papel como la madre de Pedro, y a Roberto Cobo con su perverso y a la vez truhán Jaibo, que es bajo mi punto de vista la víctima más vulnerable de todas las que aparecen en esta triste historia de toques dickensianos, pues es un chico que nació sin padres, completamente solo y desprotegido en las calles de una peligrosa ciudad, más solo que Ojitos incluso. La recomiendo encarecidamente, una auténtica joya del séptimo arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wolf
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