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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
Drama Tony Webster (Jim Broadbent), un hombre jubilado y divorciado, mantiene una tranquila y solitaria vida. Un día descubre que la madre de Veronica (Freya Mavor), su novia de la universidad, le dejó en su testamento un diario que guardaba su mejor amigo, quien salió con Verónica después de Tony. Para recuperar el diario, ahora en manos de una Verónica (Charlotte Rampling) anciana y muy misteriosa, Tony estará obligado a bucear en su ... [+]
15 de enero de 2018
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sentido de un final

"Cuanto más aprendes -no en un sentido académico, sino en la comprensión de la vida-, menos temes." Julian Barnes.

Hasta ahora no había visto nada de Ritesh Batra, un joven director de origen indio que milita en las filas del movimiento del cine independiente. Y confieso que ha sido para mí un feliz descubrimiento este su último y reciente estreno: "El sentido de un final". El guion esta basado en una novela del mismo título del estupendo escritor británico especializado en relatos cortos Julian Barnes que consiguió el codiciado premio Man Booker precisamente con esta obra. Y para desmontar en parte el mito, aunque sea excepcionalmente, de que la novela siempre es superior a su versión cinematográfica, aseguran los entendidos -yo no la he leído y mucho menos soy un experto- que, en esta ocasión, el trabajo de Batra vuela, cuando menos, a la misma altura de la narración de Barnes.
De forma que este hombre ha hecho una película para ser paladeada lentamente, sin prisas, con el mismo deleite que saboreamos un exquisito manjar que no forma parte de nuestra dieta habitual. Madura la cinta a medida que avanza, fluye de manera armónica y profundiza, con admirable delicadeza, en las heridas, algunas sin cicatrizar, que el tiempo produce, en la soledad crepuscular de la vejez, en la incómoda nostalgia que provocan los recuerdos cuando estos no se adecuaron a la medida de nuestros sueños, en la amarga imposiblidad de atrasar el reloj de nuestra vida para modificar aquellos episodios que nos lastiman. Es también una lección de redención, una luminosa enseñanza en la que aprendemos que por mucho que el peso de los años haya minado nuestras esperanzas, siempre hay un tiempo para la reconciliación con aquellos a los que amamos pero también, con nosotros mismos.
Y es nada menos que Jim Broadbent, ese entrañable actor, casi septuagenario, que los fieles seguidores de la serie "Juegos de Tronos" recordarán en el papel de Ebrose, o como el profesor Horace Slughorn en la saga de "Harry Potter", por citar algunos ejemplos entre otras muchas notables intervenciones, el que, en esta ocasión, nos emociona con una actuación tan sumamente elegante, minuciosa y sofisticada en todos y cada uno de sus gestos, que es difícil no caer rendido ante la extraordinaria naturalidad, capacidad y oficio de este formidable intérprete que vio la luz, hace ahora 68 años, en la británica ciudad de Lincoln.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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