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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
Drama. Comedia A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
24 de noviembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Infiltrado en el KKKlan (BlacKKKlansman)

“Y en primer lugar, Dios hizo a los idiotas.” Mark Twain.

La inteligente mirada y astuta ironía de Spike Lee así como su infinita capacidad para parodiar y ridiculizar a una de las más repugnantes sectas de descerebrados canallas que forman el Ku Klux Klan, tienen, entre otras, la virtud de desdramatizar la terrible realidad que, enquistada en las tripas mismas de la sociedad estadounidense, nos cuenta el cinesasta afroamericano, incansable luchador por la igualdad de los derechos civiles de los negros y otras clases marginadas en EE.UU.
“Infiltrado en el KKKlan”, su última película y premio del Gran Jurado en la reciente edición de Cannes, relata un episodio real sucedido a principios de la década de los 60 en un clima de efervescente agitación ciudadana durante una de las etapas más convulsas de la América reciente por causa, precisamente, de esta desigualdad contra la que siempre ha peleado Lee.
Ron Stallworth -extraordinariamente interpretado por un desternillante e histriónico John David Eashington-, fue el primer agente de color que ingresó en el departamento de policía de Colorado Springs. Lógicamente, será sometido a toda clase de burlas y humillaciones por algunos de sus jefes y compañeros por la única razón del color de su piel. Pero Ron es un hombre resistente, inteligente, dotado de un notable sentido del humor y unas benditas tragaderas capaces de soportar con estoica paciencia, sorna y buenas dosis de ironía, cada descarga de aviesa munición racista.
Consiguió infiltrarse en el Ku Klux Klan e, incluso, llegó a conocer a su máxima autoridad, el Presidente de la Organización, un auténtico imbécil y a buena parte de su corte, una tropa de estúpidos zoquetes cuyo coeficiente intelectual difícilmente superaría una prueba de ingreso en el “kindergarten” de su localidad. Finalmente, la audaz y peligrosa aventura de Stallworth tuvo éxito y logró exhibir ante los ciudadanos la auténtica catadura moral que se oculta tras una secta que aviva el miedo únicamente a través de una grotesca y terrorífica escenificación.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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