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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Cine negro Después de asaltar un tren que transportaba 300.000 dólares y asesinar a los maquinistas, Cody Jarret y su banda huyen con el dinero, pero son perseguidos por agentes federales que sospechan que Cody es el autor del robo. Una vez preparada una coartada perfecta, Cody se entrega a la policía y es condenado sólo a dos años de prisión; sin embargo, los agentes del Tesoro, convencidos de que fue el cerebro del asalto, le tienden una trampa. (FILMAFFINITY) [+]
17 de febrero de 2008
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de sentarse cómodamente en su sillón para ver Al rojo vivo de Walsh le recomiendo que haga un viaje a su cocina para cerciorarse de si en su calendario figura el año 2008 ú otro distinto. Porque la fuerza y el impacto, en lo que a violencia se refiere, de esta propuesta cinematográfica están en relación directa con el año gregoriano en que se sitúe el espectador. O dicho de otra forma, y tomo con su permiso la idea de Bloomsday, la violencia de Cagney-Walsh es un juego de niños y pistolitas comparada con la violencia de Tarantino, tapicería a la lavandería incluida.

Claro que las películas deben tener algo más que violencia, puñetazos y zambullidas a la piscina buscando el penalti (Blommsday, aquí tomo prestado otro comentario tuyo acertadísimo) y he de reconocer que Al rojo vivo tiene más cosas. Un James Cagney que lo hace bien, hasta encasillarse, en papeles de gángster (aunque para mi gusto lo redimió de forma definitiva Billy Wilder en su comedia Uno, dos, tres), una madre estilo John Ford - Uvas de la ira, es decir con temple, garra y co...raje, interpretada muy bien por Margaret Wycherly a la que ya había visto en Los verdugos también mueren de Lang y un Edmond O,Brien, secundario de lujo con una filmografía ídem de lo mismo.

En cambio Virginia Mayo es mucho más actriz de lo que aquí se percibe de ella. No lo hace mal. Al contrario. Le saca su partido a un difícil papel de esposa a ratos melosa, a ratos arisca, a ratos pelandusca del tres al cuarto. Pero claro, si te ponen al lado a Cody and Ma es inevitable que Verna se quede con carita de pena.

Otro aspecto significativo de esta película de gangsters, delincuentes comunes y forajidos (no tanto cine negro como se afirma) es la carga psicopática. Esas frustraciones, esas ambiciones muchas veces cercenadas de raíz. Esa infancia dura. Esas vidas marcadas. Eso es lo que queda. Eso, y no los puñetazos, es lo que sobrevive a sesenta años de historia. Los personajes que se desploman como fulminados por el rayo que no cesa en forma de puño cagneyano, se olvidan rápido. Frases como: ¡Madre...he alcanzado la cima del mundo!, cuestan de olvidar...
FATHER CAPRIO
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