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Voto de Don Simón:
5
Comedia. Drama Primavera de 1987. En un pequeño puesto de control en la frontera albano-yugoslava, el teniente Pasic, siempre frustrado y borracho, siente un extraño dolor en las ingles. Cuando visita al médico del puesto, se entera de que tiene una enfermedad de transmisión sexual. Como no quiere volver a casa y que su mujer se entere, decide declarar el estado de emergencia aduciendo que Albania está preparando un ataque contra Yugoslavia. Así es ... [+]
12 de enero de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra producción del genio Ademir Kenovic. Un tanto irregular, quizá como excepción a la norma.

Un grupo de soldados de un campamento fronterizo se aburren. Como es natural, dicen tonterías, hacen el gañán y fuman porros. Es la Yugoslavia postitista, a finales de los ochenta, y el tiempo está detenido tras la muerte del dictador. No en vano, una de las escenas más interesantes transcurre durante uno de esos instantes en los que toda la población, al canto de una sirena, se paraba en el sitio, donde se hallasen, en homenaje a la memoria de Tito.

'Karaula' comienza en clave de comedia. Los soldados están en un puesto fronterizo con Albania, en Macedonia. Lo que empieza como una broma en la cinta, 'que vienen los albaneses', ciertamente no tardó en convertirse en realidad cuando el JNA (Ejército Popular Yugoslavo) intervino en Kosovo (frontera norte de Macedonia) en 1990 por orden de Milosevic a causa de diversas intrigas palaciegas que no viene al caso dirimir aquí. Para mi sorpresa, la película no toma esos derroteros. Que no por previsibles iban a ser menos interesantes. Una de las causas del aumento de tensión en la región de Kosovo fue que a un soldado albanés se le fue la cabeza y mató a cuatro reclutas a sangre fría. Pero todos estos hechos históricos se obvian. 'Los albaneses' no son más que un pretexto para justificar un lío de faldas, eso sí, con un soldado de cada república: el croata de Split, el serbio de Belgrado y un pastor bosnio, teniente de ambos. En este triángulo amoroso alrededor de la esposa del teniente se encuentran los simbolismos, metáforas y demás mensajes sobre la dinamitación de Yugoslavia. La comedia se convierte en tragedia y casi poco menos que película gore.

Para mi gusto, se trata de metáforas de brocha gorda. Un mensaje intelectualizado a la fuerza. El cine balcánico me gusta, y dice mucho más de su Historia, cuando se parece a nuestro Berlanga (el relato final de 'Optimistas', de Paskaljevic, con el curandero que envía a enfermos terminales a una fosa séptica es un buen ejemplo, o 'Línea no regular' de Slovodan Sijan) que cuando elabora estas intrincadas metáforas tan onerosamente sesudas como en esta cinta o en 'El Polvorín', también de Paskaljevic.

Pese a todo, alguna risa cae. Y la disolución de Yugoslavia, retratada. Todos los protagonistas tienen en común que quieren huir. Eslovenia y Croacia, de la manita, a Serbia no se la puede tomar en serio y se burla de Tito o lo emplea a su antojo e interés...
Don Simón
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