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Voto de DaniBalboa:
6
Aventuras. Drama Willy es una impresionante orca confinada en un pequeño parque acuático en el Pacífico Norte, lejos de su hábitat natural y separada de toda su familia y hogar. Nadie en el parque entiende el comportamiento y los sentimentos de Willy, excepto un muchacho de 12 años, quien al igual que Willy sabe muy bien lo que significa estar lejos de su familia. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2017
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Clásico de los 90, película de la infancia de muchos, historia conocida por todos y con una de las escenas finales más famosas de todos los tiempos. Así se define Liberad a Willy. Una película ciertamente mediocre que, aun así, se ha heho un hueco en la historia del cine. Tal vez por formar parte de esa larga lista de películas de los 80 y 90 de un género familiar que parece haber pasado a mejor vida o tal vez porque muchos la recordamos con cariño por pura nostalgia. Lo cierto es que la historia del chico y la ballena es famosa y recordada por todos pese a que, seguramente, ya ningún niño la vea y sean los cinéficos más nostálgicos los que la disfruten de nuevo.

Si me dejan a mí ponerme nostálgico solo por un momento...

En mi pueblo había un cine, lo prometo, y en él tengo muy buenos recuerdos. Me gustaba todo, era otro mundo. Me gustaba pasar delante de él para ver los grandes carteles de las películas que anunciaba, me fijaba en los horarios para ver qué podía ir a ver ese fin de semana, me acercaba al cristal e intentaba ver el interior cuando estaba cerrado y hasta miraba la edad recomendada de cada película para ver si la podría ver. Los momentos previos me encantaban. Entraba en el cine, miraba todo, todas las imágenes, los carteles y pósters que hay antes de entrar en la sala, miraba quién iba a ver esa película, a quién conocía y quién iba, como yo, a disfrutar de una película esa tarde. Nunca olvidaré la única sala que había, era enorme, la pantalla era gigante, las butacas rojas y su olor era de cine. Se apagaban las luces, todos guardábamos silencio y empezaba la película. Todo era una mágica experiencia que empezaba cuando veía el cartel de la película y terminaba tiempo después de haberla visto, y es que una vez fuera del cine las calles no eran iguales y yo tampoco lo era, veía todo diferente.

El tiempo pasó, el cine cerró y daba pena pasar delane de él y ver lo abandonado que estaba. Hoy ni sé lo que hay en su lugar.

Liberad a Willy fue una de aquellas películas y hoy, al volver a verla después de tantísimo tiempo ha vuelto a mí aquel cine. Recuerdo como si fuera hoy haber ido a verla con mi hermano, recuerdo cómo me gustó ver a un niño encima de una ballena, aquel aire aventurero y romántico de los niños de la calle que, sin un techo en el que vivir, podían ir donde quisieran. Recuerdo la ropa del protagonista, su bici, cómo robaba restos de comida, cómo escapaba de la policía, cómo comía aquella gran tarta e incluso recuerdo lo sucio que estaba al comienzo de la película. Me acuerdo de la familia que lo acoge, de la pelota de béisbol, del amigo indio y, por supuesto, de la famosa escena final.

Nunca podré volver a aquel cine pero hoy, Liberad a Willy, me ha traído todos sus recuerdos.
DaniBalboa
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