El tema de los trapos nunca me dio más, no sé distinguir entre un pantalón Gucci y unos de Zara... y si dios quiere nunca lo sabré. La jungla familiar, en cambio, sí que me resulta apasionante. Todas las casas tienen sus movidas, en todas las familias está ese hijo descarriado, ese tío drogata, esa mala mujer, ese cuñao, esa criticona... Y en eso los Gucci no defraudan. Menuda casa, menudo negocio y menuda familia. Están los clásicos: El estirao, el tonto, el pelota, el traidor y la lianta. Cada uno de estos miembros está representado por un puñado de caras conocidas...desde una Lady Gaga que cada vez está mejor hasta un Jared Leto al que dan ganas de apalear.

En cualquier caso, me he dado cuenta de que gracias a Ridley cuando ahora veo una de sus tiendas sí, sigo pasando de largo... pero en mi rostro se deja ver una ligera sonrisilla.