Unos tipos contratan a Bennie, un borracho pendenciero, para encontrar, preferiblemente muerto, a Alfredo García y como prueba traerles, literalmente, su cabeza. Resulta que Alfredo es un viejo amigo de Bennie y antiguo amante de su novia. El protagonista empieza la búsqueda de Alfredo acompañado de su novia, la mujer a la que ama, pero de la que desconfía, sin saber el motivo por el que los tipos que lo contrataron quieren ver muerto a Alfredo.

Bennie, tras una espiral de brutal violencia y sorpresas varias, atará los cabos mientras poco a poco se va volviendo loco viendo como su mundo se derrumba alrededor y comenzando su particular venganza.

Típica película de Peckinpah que va de menos a más y que que nos ofrece un retrato de la violencia sucia y sangrienta, asquerosa y cruda , pero irresistible y adictiva al mismo tiempo y con pinceladas de un magistral humor negro, negrísimo.

En el universo del director, los hombres son duros, machistas amorales y prepotentes pero muy carismáticos y se ven abocados a situaciones de violencia cruda y locura mental (y etílica), mientras que las mujeres son falsas, manipuladoras y calientes.

La trama es buena, parece simple al principio, pero se va complicando a medida que avanza la historia y comprendes las motivaciones de todos los personajes de la película.

Con una ambientación sucia y descarnada, una apología de la violencia casi sin sentido en la segunda parte de la película y todas las virtudes y defectos del director, "Quiero la cabeza de Alfredo García" es una película muy notable que hará las delicias de los seguidores del director de "Grupo Salvaje", de los que disfruten con los spaghetti western modernos y de los que les gusten las tramas de desmadre argumental y violencia gratuita al más puro estilo Tarantino o Robert Rodríguez.