Aunque parezca mentira el director británico Francis Lee a sus 47 años nos presenta su opera prima, con guion propio. La película ha pasado por varios festivales internacionales. Logro el premio al mejor director de drama en el Festival de cine de Sundande, también estuvo presente en la sección oficial del Festival de cine de Sevilla y recientemente ha ganado el premio a la mejor película en los British Independent Film Awards (BIFA).

Nos cuenta la historia de un drama romántico, que representa muy bien la dura vida de los agricultores y ganaderos y el duro aislado paisaje que se vive en la campiña inglesa. En ese estilo de vida nacerá una historia de amor entre el atormentado hijo de un granjero y un inmigrante contratado para que le ayude en sus tareas diarias.

El director ha conseguido reflejar de manera sublime, con un tratamiento refrescante el mundo de los homosexuales. Hay que decir que la química entre la pareja protagonista es fundamental para conseguir esa expresividad que necesitan los personajes.

El formato que el director le da a cada secuencia es sensacional, es un tipo de cine que respira libertad en todo momento, es un cine de espacios abiertos y del denominado cuerpo a cuerpo.

Puede considerarse como la versión británica de Brokeback Mountain, aunque yo creo que es muy distinta y su tono y su puesta en escena son muy diferentes.

En el elenco de los personajes destaca el trabajo de Josh O`Connor, un joven homosexual reprimido que reprime su soledad con continuas borracheras y encuentros sexuales. Vive con su abuela papel protagonizado por Gemma Jones y su padre enfermo protagonizado por Ian Hart. El otro joven protagonista que se enamorará del joven reprimido es Alec Secareanu, emigrante rumano que llega a la compiña para ayudar en las tareas con los animales.

Otro aspecto fundamental que da sentido a toda la historia son los maravillosos paisajes, el director de fotografía consigue dar un tono atmosférico a toda esa región montañosa. La mezcla de colores apagados y en el encuadre de las imágenes es también fundamental. Y qué decir de la fabulosa música ambiental de Dustin O'Halloran y Adam Wiltzie.

Lo mejor: La ambientación y puesta en escena.
Lo peor: Que pueda ser considerada como la típica película sobre homosexuales.