Tras el fallido intento de adaptar el personaje de Iron fist a la pantalla (entre los malos guiones y la falta de implicación del actor principal) Marvel tenía pendiente hacer algo con este género, y no sería por falta de personajes que adaptar. Este es un género que me gusta bastante, así que el estreno de esta peli me llamaba la atención, Y por fin, más tarde de lo que me gustaría, he podido ver la cinta en la que conocemos a Shang Chi.

Como toda película de orígenes de superheróes tiene que cumplir ciertos trámites, pero debo decir que en este caso al menos parece querer ser algo distinta, y eso me gusta. Todo empieza con la presentación de qué son Los diez anillos del título, para poco después hacer lo mismo con Shaun, un chico que vive en San Francisco una vida común pero que él disfruta mucho. Cuando algo sucede y tiene que ponerse en marcha, es cuando empezará la historia de verdad.

El punto fuerte de esta obra debía ser la lucha, tanto en coreografías como en el apartado visual, y para mí cumple con creces. Si bien es cierto que lo que sucede en la primera mitad de la obra me interesa más que la segunda (que se vuelve más típica y vuelve a los escenarios necesarios de una peli de este género Marvel) no pierde nunca esa espectacularidad. En este aspecto, aprueba de manera holgada.

La trama de la historia es la que le hace perder puntos, y es que se dan demasiados rodeos para llegar a donde nos quiere llevar. Recortando alguna escena y condensando otro par, habría salido mucho más redonda.