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Voto de Estanis Bañuelos:
10
Romance. Drama La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como sucede desde 1995, cada nueve años Celine y Jesse (Julie Delpy y Ethan Hawke) vuelven a las pantallas de la mano del director Richard Linklater. Antes del anochecer es la tercera película de la trilogía y funciona como la continuación de Antes del amanecer (1995) y Antes del atardecer (2004). Aunque el último film puede funcionar por sí solo, lo justo y más espléndido es poder hacer un recorrido por las tres.

En la primera película, Jesse y Celine deambulan por la ciudad de Viena sin rumbo fijo y con una duración que ellos mismos fijan: 24 horas juntos y un próximo encuentro en el mismo sitio dentro de 6 meses. En la segunda pasean por París sin un objetivo concreto y con Celine como guía turística de Jesse, el límite de tiempo lo marca el despegue de un avión. En la tercera ya todo está prefijado: el tiempo y el lugar. Ya no hay sitio para la espontaneidad como bien dice Celine en una escena del film. Después de pasar las vacaciones en compañía en Grecia, la pareja se dirige a una habitación de hotel para pasar una noche mágica. Es lo que provocan 9 años de relación y el inicio de las ataduras y roles domésticos, que la pareja se enfrente, por primera vez, a las convenciones del sistema. Sin embargo, el límite temporal se presenta de forma similar a los dos primeros filmes, donde ambos estaban amenazados por una separación que parecía insalvable. Ahora el peligro de su ruptura se encuentra en la supervivencia de su propia relación. Así pues, el conjunto de películas realizadas por Richard Linklater forman un reflejo de las etapas y de las ilusiones que las personas se encuentran en el recorrido de su existencia.

Como cuenta Linklater en una entrevista sobre la película, en esta ocasión ha decidido utilizar Grecia como metáfora: la pareja se encuentra de vacaciones en un lugar mediterráneo con sus dos hijas bellas y buenas, tienen un trabajo que les llena y están juntos. Algo con lo que 9 años atrás habrían soñado y que sin embargo, ahora no les hace felices.

Mediante esta alegoría, el director muestra lo difícil que es gestionar ese espacio entre la unión de dos personas, incluso si se aman. Cada película muestra una etapa de sus vidas, donde el espectador se reencuentra con los protagonistas y observa como les afecta el paso del tiempo, sin darse cuenta que para ellos también pasa.

Tras una buena presentación de los personajes en su nueva etapa –con buenos paralelismos entre el pasado de Jesse y Celine y la pareja joven; y de la vida futura que les espera en relación con el otro matrimonio adulto y con las reflexiones de los mayores de la mesa- Linklater, en Antes del anochecer, vuelve hacer uso de su cámara en movimiento, aunque en menor medida, para narrar la historia a través de largas conversaciones en paseos realizados con steadicam. Con esta técnica y el brutal realismo de los actores (Julie Delpy y Ethan Hawke), la película ofrece una credibilidad inconmensurable provocando en el espectador una sensación de cercanía y de apropiación de lo que los protagonistas experimentan. Los 9 años de separación entre cada película no es un obstáculo para su comprensión, ya que Linklater consigue, a través del diálogo, que el público pueda imaginar la vida de los personajes a lo largo de lo transcurrido durante las brechas temporales.

Así pues, una vez más, Linklater junto con los co-guionistas Julie Delpy y Ethan Hawke encuentran el clímax en la conversación a través de largas tomas, donde el tiempo pasa sin que ocurra nada especial y los protagonistas hablan y reflexionan de lo que ocurre en sus vidas. Un hábito que, como bien comentan en la película, la humanidad va perdiendo con las prácticas de consumo capitalistas y con la madurez de la pareja. Sin embargo, a pesar de que en la trilogía “Antes de…” la integridad del film es el diálogo, Linklater siempre se guarda algunos momentos de silencio cargados de significado. En el último film, concretamente tras la discusión del hotel.

Aunque pueda parecer una película de lo más dramática, también es divertida. Antes del anochecer muestra puntos de conexión con el espectador que, al identificarse con los personajes, puede arrancarle alguna que otra carcajada. Sobretodo en el trayecto que más recuerda a la versión aislada del mundo de los anteriores filmes de Jesse y Celine: el paseo por el campo hacia el hotel de 16 minutos de conversación. En esta secuencia, vuelven a surgir aquellos jóvenes atractivos e ingeniosos Julie Delpy y Ethan Hawke. Sin embargo, no dejan de ser adultos que intentan parecer frescos y seductores. Ahora cuentan con heridas que pronto empiezan a tomar relieve en el camino hacia la habitación. A día de hoy, tienen cosas en común más allá de gustarse: criticarse el uno al otro esas polaridades estereotipadas de una forma más dolorosa que en las primeras películas, pues ya no son ideológicas sino tangibles.

El punto de ebullición de la discusión llega de forma ineludible en la habitación del hotel. Allí Celine le echa en cara su poca colaboración y poco romanticismo y Jesse le recrimina su incoherencia acusándola de loca. Finalmente Celine se va. Al poco, los dos se reencuentran en una nocturna terraza de verano junto al mar. Aquí es donde llega la última secuencia y una de las más reflexivas. ¿Es optimista la continuidad y el reajuste de la pareja a través de la interpretación de un rol ficticio para hacer más llevadera la situación actual?

En definitiva, Antes del anochecer es una mezcla de conversaciones ágiles e inteligentes entre el recuerdo de aquellos destellos de amor y divertidos de Antes del amanecer y Antes del atardecer; y un nuevo sabor donde se descubren unos sentimientos más agrios, íntimos y duros que sufre la fermentación de la pareja. Los tres (Linklater, Delpy y Hawke) firman el guión de las dos últimas y muestran, una vez más, que tienen una gran sinfonía y creatividad juntos.
Estanis Bañuelos
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