"Hermandad de sangre" es un slasher que no está malejo para pasar el rato. Es una de esas típicas películas de terror que recuerdan de manera inmediata a productos del tipo "Sé lo que hicisteis el último verano". La mejor manera de definir lo que te vas a encontrar, es decirte que es una cinta clásica del género, o sea, sangre, gritos y angustia de jovencitas de buen ver ligeritas de ropa, asesinatos brutales, y el perturbado de turno que se dedica a matar a todo bicho viviente habido y por haber que se cruza en su camino. Como era de esperar su guión y las interpretaciones son de carne con papas, pero se agradece el esfuerzo por mantener una mínima intriga sobre la identidad del psicópata asesino. Yo creo que lo más criticable de este filme es la muerte de la primera chica, que no hay quien se crea ni lo que pasó ni como se llegó a esa situación. Pero el resto no está mal, se deja ver bastante bien. La trama gira en torno a un grupo de chicas de una hermandad, llamada Theta Pi, que tras la muerte accidental de una miembra de la hermandad, deciden deshacerse del cadáver y continuar con sus vidas ocultando lo sucedido. Ocho meses después, en plena fiesta de graduación, alguien comienza a acecharlas y a cazarlas una a una. Por supuesto, todo el rollo de los asesinatos viene aderezado con chicas guapas que se despelotan a la más mínima oportunidad, y adolescentes con muchas ganas de juerga y hasta las orejas de alcohol (que buenos recuerdos me han venido a la mente tras ver esa fiesta de la espuma). Me han gustado mucho las féminas del reparto, están todas más buenas que el pan (sobre todo Briana Evigan y Jamie Chung). Y poco más voy a añadir a lo dicho anteriormente, esta es una película para los amantes del cine de terror con todos sus tópicos, con sus fallos y aciertos de siempre. Es de agradecer que el producto no sea pretencioso ni intente engañar a nadie. Es una cinta que no aspira a otra cosa que a entretener al respetable que se siente a verlo. El filme, personalmente, lo he encontrado entretenido a ratos. La película no está mal gracias a las bellas chicas y a que cuida con celo los efectos especiales a la hora de los salvajes crímenes, de forma que no dé en ningún momento la sensación de estar viendo algo cutre. Lo peor, como no podía ser de otra manera en este tipo de películas, es su consabido final abierto para una posible segunda entrega y las absurdas razones del asesino para hacer lo que hace.