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España España · Barcelona
Voto de Edgar_Morton:
6
Comedia. Drama En el verano de 1984, siendo primera ministra Margaret Thatcher, el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) convoca una huelga. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de lesbianas y gays se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los trabajadores, pero el sindicato no acepta el dinero. El grupo decide entonces ponerse en contacto directo con los mineros y van a un pueblecito de Gales. Empieza así la ... [+]
1 de diciembre de 2015
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No es inusual ver en pantalla grande las consecuencias de la política neoliberal de la ex-primer ministro británica Margaret Thatcher. El cine social británico ha tenido a bien criticar dicha época, ya sea desde una perspectiva cómico-dramática (Full Monty, Billy Elliot,...) o más dura (por ejemplo el cine de Ken Loach, auténtico "enemigo" de Thatcher"). De nuevo en esta ocasión se opta por el camino más cómico como el la manera de poder ser más accesible dejando el dramatismo como telón de fondo que se revelará en ocasiones especiales.

El inicio de la trama se sitúa en verano de 1984. un grupo de activistas gays liderados por Mark Ahston, un joven especialmente comprometido con las causas sociales más allá de las inherentes a su colectivo, decide junto a un pequeño grupo montar una pequeña asociación, LGAM (Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros, Lesbian and Gays Support Miners en inglés) para recaudar fondos, alimentos y ropa para las familias mineras a causa de la huelga convocada por el principal sindicato minero. Ashton veía en las reinvindicaciones laborales y la actitud de las autoridades un reflejo de sus peticiones y la represión a la que eran sometidos. Pero negativas a recibir dinero de parte de un grupo de gays los llevaría a una decisión, escoger un pequeño pueblo galés (donde la minería era más potente y la huelga más encarnizada) y viajar allí para entregar directamente su ayuda.

Pride tiene grandes méritos en su concepción y en su finalización, ya que sin seguir a pies juntillas la realidad (se entremezclan personajes reales con inventados en un intento de contextualizar y tomar cierto apoyo del espectador más sensibilizado), nos propone recordar un episodio injustamente olvidado apoyado en un principio tristemente igual de olvidado: la unión hace la fuerza. Un principio que ha sido erradicado en su mayor parte gracias a la labor de ciertos poderes fácticos provocando la fragmentación de los grupos pro-derechos civiles o sociales e imposibilitando los acuerdos en los puntos de convergencia dando lugar al puro egoísmo. Esto se puede ver sobre todo en el personaje interpretado por Lisa Palfrey, desde un principio reacia a aceptar la ayuda de los activistas homosexuales por sus prejuicios hacia ellos que la impiden ver más allá de toda lógica. La película, siguiendo este mismo camino tiene momentos muy lúcidos, como la marcha del orgullo gay en la qué a pesar de la esperanza depositada en ella y que antes de ser diluida en prácticamente una parodia de si misma tuvo, como nos recuerdan los textos explicativos de final de la cinta, algunos efectos positivos. Quizás, y nunca sabremos el fallecimiento de Ashton pocos años después influyó el devenir de los acontecimientos.

Probablemente lo mejor del la cinta es la conexión y química entre los personajes es sencillamente fantástica. Tanto por intérpretes consagrados como Bill Nighy, Paddy Considine, Imelda Stauton o Dominic West (cabezas de cartel pese al protagonismo más o menos coral) como por otros de nueva hornada como el estadounidense Ben Scheltzer, el catalizador de toda la trama y un personaje que la historia no debería borrar. A pesar de la importancia de su personaje, el espectador en gran parte ve la acción bajo la perspectiva de Joe "Bromley", uno de los pocos personajes ficticios y único del grupo que vive su homosexualidad aún reprimida mientras vive en casa de sus padres.Sería injusto no citar al resto del reparto pero también sería muy largo hacerlo uno por uno así resumiendo me quedaré con Jessica Guning, interpretando a la posterior política Siân James y quizás el personaje más positivo de todos, así como con Andrew Scott, pareja del personaje de Dominic West capaz de ofrecer una evolución digna de uno de los personajes más secundarios.

Y para rematar me quedo, sin ningún lugar a dudas, con el mejor momento de la cinta, el espectacular baile que se marca Jonathan Blake, extraordinariamente interpretado por el infravalorado Dominic West, que en manos de otro se hubiera convertido en una escena absurda y que aquí tiene todo el sentido que se debe exigir.
Edgar_Morton
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