Haz click aquí para copiar la URL
España España · Logroño | Madrid
Voto de Jorge Pardo:
8
Drama. Comedia El oscarizado guionista y director Paolo Sorrentino presenta la historia de un chico, Fabietto Schisa (Filippo Scotti), en el turbulento Nápoles de los años ochenta. En "Fue la mano de Dios", hay lugar para alegres sorpresas, como la llegada del legendario futbolista Diego Maradona, y para una tragedia igual de imprevista. El destino interpreta su papel, la alegría y la desdicha se entrelazan y el futuro de Fabietto echa a rodar. ... [+]
4 de diciembre de 2021
21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 22 de junio de 1986, en apenas cuatro minutos, Diego Armando Maradona, que jugaba con Argentina los cuartos de final de la Copa del Mundo frente a Inglaterra, marcó dos goles y a toda una generación. El escenario donde todo sucedió fue el Estadio Azteca de la Ciudad de México, pero a miles de kilómetros de allí, otra localidad, Nápoles, que ya llevaba dos años celebrando las gambetas de su ídolo, vibró como si Italia se estuviese jugando la vida.

Uno de los chicos que presenció aquel episodio, un "gesto político", tal y como explica uno de los personajes de 'È stata la mano di Dio', fue un joven Paolo Sorrentino, que, a través de Fabietto Schisa (su 'alter ego', al que da vida un brillantísimo Filippo Scotti), narra toda una infancia, la suya, regateando dificultades en una ciudad que está más que acostumbrada a los desastres.

Quizá las memorias de Sorrentino no tendrían mayor interés que las de cualquier otro, pero la forma de plasmar todo en la pantalla, de forma elegante y bebiendo de todo lo que rodea a la idiosincrasia napolitana, convierten este 'coming of age all'italiana' en toda una experiencia. Sorrentino no es un virtuoso, pero sí un gran director de actores, y aquí vuelve a acudir a un elenco que hace de familia, a la que reverencia y parodia –aunque parezca paradójico– desde el cariño y la cordura que da la perspectiva de los años.

No es la primera vez –ni seguro que la última– que el cineasta recurre a esos desfiles de lo grotesco para descubrir una sociedad que ya Federico Fellini, mentor y principal referencia, retrató desde el surrealismo y barroquismo intrínseco a las mil apariencias de Italia. "La realidad es horrible", espeta Fabietto a otro de los protagonistas citando al propio Fellini. Y puede ser, pero para soñar ya está el cine (y el fútbol).
Jorge Pardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow