He de decir que la primera película de La Purga me decepcionó bastante, puesto que ponía la lupa en un episodio muy concreto de una noche loca que ofrece infinitas posibilidades desde el punto de vista cinematográfico.

El círculo se ha cerrado cuando he visto esta nueva entrega, creo que la cuarta, que trata de contar los orígenes de la purga sin que en realidad fuera necesario.

En todo caso, me encuentro ante la paradoja de que no me ha parecido una película de acción demasiado mala, habida cuenta de las nulas expectativas con las que sentaba ante la pantalla, y teniendo en cuenta la bazofia que nos pasan a diario en las cadenas de TV convencionales.

Me da la impresión de que en este caso la argumentación política es más explícita, al mismo tiempo que oportuna, puesto que 2018 no fue un buen año desde el punto de vista de los derechos humanos en EEUU.

Comparto las críticas de quienes se quejan de que acaba siendo una pelea entre afroamericanos y supremacistas blancos, pero es algo que personalmente disculpo teniendo en cuenta la situación que vive aquel país, con millones de personas pertenecientes a minorías étnicas que ven cómo sus peores pesadillas van tomando cuerpo.

Me apunto el nombre de Y'lan Noel como solvente actor de puñetazos y el de Lex Scott Davis como actriz competente. Dos figuras jóvenes y atractivas que pueden tener mucho recorrido.