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Voto de Jinete nocturno:
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Terror
Un famoso escritor de novelas de terror visita Roma para promocionar su nuevo libro: Tenebrae. Unos terribles asesinatos comienzan a sucederse en Roma, y lo curioso es que son idénticos al que el escritor describe en su libro. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2009
27 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fuerte de Argento siempre ha sido la parte estética, no el guión, ya se sabe. Al fin de cuentas, incluso en su obra más redonda, Profondo Rosso, la historia en sí, para que vamos a engañarnos, no deja de ser bastante tramposa y algo naif; sólo la salva lo de siempre: el original y muy reconocible estilo de Argento.
Pero, es que en ésta… ¡La madre que lo pario! … ni guión, ni estética… ni flautas.
El guión no es flojo, ¡qué va!... es basura: un refrito de todos sus “giallo” anteriores, de los que, eso sí, toma lo peor; seguramente el más fallido e insulso de todos los que lleva dirigidos. Y es que Argento, al menos, suele arreglárselas para que una película resulte entretenida -a base de sacarse ases de la manga y de golpes de efecto, sí, pero entretenida-, pero aquí, ni eso: además de lenta y aburrida, resulta completamente previsible; a los veinte primeros minutos, a poco observador que se sea, uno ya sé imagina como va a acabar... Y no será porque no sea tramposa…: la película posee uno de los giros más ridículos, inverosímiles y narrativamente estériles que he visto jamás (spoiler) -lo que se dice una soberana gilipollez-.
En cuanto a la estética, que nadie espere ver nada parecido a Suspiria o a Rojo Oscuro. Nada de imágenes preciosistas colmadas de color o de impactantes planos subjetivos: tan solo un poco de gore cutre-salchichero digno de la peor “Serie B” –tan exagerado y mal hecho que me hace recordar a Peter Jackson-, mucha teta y tía jamona en bolas –se echa de menos a Pajares y a Esteso pululando por ahí- y algo (lo único ligeramente interesante) de erotismo insano.
Vamos, que si te has puesto como penitencia ver la filmografía completa de Argento, vale. Pero, si no, hazme caso: mejor búscate otra película.
Pero, es que en ésta… ¡La madre que lo pario! … ni guión, ni estética… ni flautas.
El guión no es flojo, ¡qué va!... es basura: un refrito de todos sus “giallo” anteriores, de los que, eso sí, toma lo peor; seguramente el más fallido e insulso de todos los que lleva dirigidos. Y es que Argento, al menos, suele arreglárselas para que una película resulte entretenida -a base de sacarse ases de la manga y de golpes de efecto, sí, pero entretenida-, pero aquí, ni eso: además de lenta y aburrida, resulta completamente previsible; a los veinte primeros minutos, a poco observador que se sea, uno ya sé imagina como va a acabar... Y no será porque no sea tramposa…: la película posee uno de los giros más ridículos, inverosímiles y narrativamente estériles que he visto jamás (spoiler) -lo que se dice una soberana gilipollez-.
En cuanto a la estética, que nadie espere ver nada parecido a Suspiria o a Rojo Oscuro. Nada de imágenes preciosistas colmadas de color o de impactantes planos subjetivos: tan solo un poco de gore cutre-salchichero digno de la peor “Serie B” –tan exagerado y mal hecho que me hace recordar a Peter Jackson-, mucha teta y tía jamona en bolas –se echa de menos a Pajares y a Esteso pululando por ahí- y algo (lo único ligeramente interesante) de erotismo insano.
Vamos, que si te has puesto como penitencia ver la filmografía completa de Argento, vale. Pero, si no, hazme caso: mejor búscate otra película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
-Resulta que cierta adolescente, amiga del escritor protagonista, es abandonada por su novio en las afueras de Roma. (La niña no quiere “intercambiar fluidos” con él, y el "pichabrava" en cuestión se enfada). Pues bien, ¡ya es mala suerte!, tratando de llegar a casa, se encuentra con dobermann más insistente e hijoputa de la historia del cine (ríete tú del de “La Profecía”). Así que la chica, desesperada, se refugia en la primera casa que encuentra abierta… Y, ¡mira tú por dónde!, resulta que es la casa del asesino… Total, Roma sólo tiene tres millones de habitantes... Puede ser, ¿no?