Es Adolfo Aristarain al cine en español allende el Atlántico lo que García Márquez a la literatura. En Martín (Hache) una vez más demuestra que en sus películas el protagonismo es el del verbo y la interpretación. Aristarain construye los diálogos con amor y con ellos les da a sus actores el mágico poder de la palabra. Soberbio duelo interpretativo entre Federico Luppi y Cecilia Roth, que a pesar de poner muy alto el listón no hacen sombra a unos magníficos Juan Diego Botto y Eusebio Poncela. Este cuarteto y sus relaciones constituyen el núcleo y el todo de la película. Construcción de personajes sin fisuras que profundiza en las emociones que surgen entre ellos para dar con todos esos lugares comunes del ser humano: la amistad, el egoísmo, el amor, la crueldad, el dolor, la destrucción, la esperanza... Rodada centrándose en cada gesto, cada expresión corporal, cada mirada..., deja el alma de los protagonistas desnuda ante el espectador. Todo el conjunto es pues un ejercicio de Cine, con mayúsculas.