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Voto de Kyrios:
8
Drama Agosto de 1941. El gobierno de Vichy ha creado una Sección Especial cuyo objetivo es la ejecución de chivos expiatorios para aplacar la ira de los nazis cuando algún oficial alemán es asesinado por la Resistencia. Las víctimas, cuatro comunistas y dos judíos elegidos aleatoriamente, serán juzgados por un tribunal corrompido. Mientras que un joven magistrado intenta hacer valer sus influencias políticas para conseguir el indulto, uno de ... [+]
19 de marzo de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de descubrirse como un realizador brillante con Z. (Z., 1969; antes había realizado un par de filmes sin trascendencia) donde arremetía contra un trágico incidente que había tenido lugar en su país de origen, Grecia, como había sido el asesinato del político Grigori Lambrakis, Costa-Gavras se dedicó a revisar parte de la historia de su país de acogida, Francia.

Es el caso de Sectione Spéciale (Sección Especial, 1975) que tiene la intención de enseñar al público contemporáneo (específicamente el francés) uno de los episodios históricos más triste de su historia, como fue la colaboración con el régimen nazi durante la segunda guerra mundial. La película consiguió diversas nominaciones importantes, como la de mejor película en el festival de Cannes o la de mejor película extranjera en los Globos de Oro.

La película nos adentra en el Gobierno de Vichy, presidido por el Mariscal Pétain. La primera secuencia ya nos presenta el deplorable panorama político y la situación en la que se encuentra Francia. El país se ha vendido a Alemania, con tal de salvaguardarse. Uno de los debates que se desarrollan a lo largo del metraje, aunque siempre en un segundo lugar o como conclusión a lo visto es precisamente el concepto de nación. ¿Qué sentido tiene “guardar” a Francia cuando la ocupación subvierte todo lo conseguido durante siglos como es la justicia?

La primera parte del filme nos presenta un grupo de jóvenes comunistas que no estando de acuerdo con la ocupación, deciden realizar una serie de atentados, asesinado a soldados alemanes. En realidad nos encontramos con la parte del filme más ligera, que sirve como introducción del auténtico eje del filme. Y es que en la segunda parte de la película, el gobierno francés decide por su propia iniciativa ajusticiar ciertos reclusos con la intención de contentar a las fuerzas de ocupación, con el pretexto de que sino lo hacen ellos, la represión alemana será peor, cosa que una de las secuencias que tiene lugar entre dirigentes nazis desmiente, con lo que el filme hace recaer la culpa de manera directa sobre responsables franceses, algo muy importante a tener en cuenta (y sino fijémonos en el texto final, que tiene la clara intención de señalar como los culpables han salido totalmente impunes).

En esta segunda parte es donde Costa-Gavras destapa sus cartas. A diferencia del montaje, acelerado y con recursos poco ortodoxos que nos encontrábamos en Z. en Sección Especial esta segunda parte transcurre en apariencia con un corte más clásico. La película desarrolla la corrupción de la justicia por parte del poder, que no tiene reparos en moldear la ley a su antojo. Lo que había promulgado Montesquieu con tanta entereza queda derogado por la voluntad política.

El meollo del filme puede resultar en realidad bastante desangelado y poco apasionante para un espectador poco acostumbrado a un tipo de cine más bien pausado, como en líneas generales es el Judicial al que se circunscribe el género del filme. Pero lo cierto es que la película se toma todos los requerimientos necesarios para ir desarrollando su tesis. Si no fuera por este desgranaje, esta disección pausada (seguramente por el tono relajado que tiene Sección Especial en comparación con otras películas del mismo cineasta la haya condenado a un destierro parcial) que realiza la película sobre la corrupción política, no sería posible la crítica certera que queda finalmente en el filme. Poco a poco vamos siendo testigos del desastre colaboracionista, que no tiene reparos en utilizar leyes con carácter retroactivo (para castigar y abrir casos ya condenados anteriormente), sobornar todo tipo de jueces, y finalmente asesinar gente por delitos totalmente menores.

La película no se centra en un personaje principal exclusivo, sino que como vemos, tienen la intención de denunciar un hecho en concreto. Por eso no existe un narrador específico, sino que se plantea una omnisciencia que tiene la intención de retratar ciertos aspectos de la Francia ocupada.

Formalmente la película resulta muy interesante. El cineasta sabe adaptarse a cada momento de la película. Durante la primera parte, cuando somos testigos del asesinato del soldado nazi que desencadena todo los juicios por parte de los rebeldes franceses, el filme tiene un aire mucho más ligero, y se permite detenerse en alguna secuencia ciertamente estética e impactante, como el asesinato del alemán y la huida posterior (mostrada en cámara lenta). Mientras que cuando el cineasta se sitúa en la pura teoría Costa-Gavras sabe revestir al filme de unas pretensiones mucho más intelectuales. Incluso durante los fugaces flashbacks que transcurren durante el juicio (en la mente de los acusados), el director presenta sus credenciales a aquellos críticos que afirman que el cineasta es incapaz de realizar filmes que vayan más allá de su condición política.

https://neokunst.wordpress.com/2015/03/19/seccion-especial-1975/
Kyrios
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