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Voto de Kyrios:
7
Fantástico. Drama. Romance Ambientada en unas Detroit y Tánger románticamente desoladas, Adam, un músico underground profundamente deprimido por la dirección que han tomado los actos de la humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve, quien no tiene problemas en reconocer su condición de vampiro. Su historia de amor ha prevalecido durante varios siglos, pero su libertino idilio pronto es interrumpido por la llegada de Ava, la salvaje e incontrolable ... [+]
26 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Jim Jarmusch, Only Lovers Left Alive (Sólo los amantes sobreviven, 2013) es un atrevimiento y un paso adelante en la carrera del director, por lo menos desde su premisa argumental. La película se suma a la moda vampírica, y además con gotas de romance entre los dos protagonistas principales, Tom Hiddleston y Tilda Swinton (que encarnan aceptablemente sus roles de vampiros decadentes), pero la realidad es que la película está a años luz de modas cinematográficas como la saga Crepúsculo (normal, viniendo de un cineasta oustider como Jim Jarmusch).

Por si fuera poco, el director por excelencia del minimalismo se descubre con algunos recursos cinematográficos que aportan novedades en su lenguaje cinematográfico, como diversas secuencias rodadas a cámara lenta y con potente música rock de fondo (lo que hace omisión al lenguaje videoclip) o planos cenitales de un personaje intercalado con otros iguales pero de otro protagonista, mientras continuamente escuchamos a la banda sonora complementar la escena. Es cierto que en otras películas de Jarmusch como en Dead Man (Dead Man, 1995) la banda sonora tenía un peso importante, pero nunca con tanta relevancia como en Sólo los amantes sobreviven.

En realidad, Sólo los amantes sobreviven es una película que adopta el punto de vista de la alta cultura. Los personajes vampíricos son una metáfora de los genios que ha dado la humanidad (uno de ellos es el mismísimo Christopher Marlowe) y Jarmusch juega constantemente con las citas culturales (especialmente con referencias al pasado que han vivido los personajes, en ocasiones incluso de manera reiterativa). No es casual que lo que se lleve de equipaje para realizar un viaje uno de los vampiros sea precisamente una gran pila de libros. Por otra parte a los seres humanos corrientes, los vampiros los denominan Zombies (ya sabemos las connotaciones que tienen los zombies en un sentido social, como ya avanzó George Romero en Dawn of the Dead) y continuamente la película hace referencia a como los “Zombies” están destruyendo el planeta. Jarmusch utiliza el género fantástico para su propia crítica y desde luego, viendo los seguidores de Crepúsculo y similares modas pasajeras, el concepto Zombie cobras más sentido que nunca.

No es casual que nuestro protagonista, interpretado por Tom Hiddleston, viva en Detroit. Al igual que la ciudad donde reside, nuestro vampiro es un ser acabado, sin ilusiones, en plena decadencia y que planea el suicidio en diversas ocasiones. Recordemos además, que Detroit es la capital urbana de Estados Unidos donde el capitalismo salvaje ha hecho más mella, convirtiéndola en una ciudad fantasma. La película planea desde su argumento la radiografía de la decadencia, desde un punto de vista postmoderno. Por este mismo motivo no hay un argumento lineal, ni nos encontramos tampoco con un guión que ofrezca una meta u objetivo. En realidad el único recurso argumental que marca la circularidad de la película es la búsqueda de sangre, necesaria para los vampiros para poder sobrevivir. De hecho la película no nos muestra un final explicito, sino que Jarmusch deja abierto el final de la obra, aunque ciertamente el espectador puede adivinar por dónde van los tiros, debido a que precisamente lo que pone el director en juego es la demostración de que no hay progreso posible, no sólo para nuestros protagonistas vampiros, sino para la humanidad entera. El final de la película podría encajar perfectamente con el principio: A pesar de que los vampiros odian su estilo de vida, siguen viviendo, incapaces de renunciar a su modus vivendi. Nuestros vampiros, de hecho, acaban convirtiéndose en los mismos Zombis que critican.

La película podría definirse perfectamente como una ópera Postpunk. Nuestro personaje principal es un vampiro que en su última etapa de la vida se ha labrado un hueco dentro del mundo de la música, y en su casa en Detroit vive como un ser recluso, aislado de la civilización. Lo vemos continuamente refiriéndose al pasado, y también mimando su propia sala de trofeos, una galería de diversos instrumentos musicales del más alto valor. El director emplea secuencias musicales en cualquier momento, que definen sin duda alguna la esencia de la película. y que más que un complemento ayudan a la narración del filme. Además Jarmusch opta en la mayoría de ocasiones por una mezcla de Rock sinfónico, muy parecido a la música de grupos como Goodspeed you Black Emperor!. El propio Jarmusch participa en la creación de la banda sonora, incluyendo temas del grupo del que él mismo forma parte, con SQÜRL. Mayoría de temas donde los bajos eléctricos tienen una gran importancia, y donde predomina la creación de atmósferas antes que la de Leimotivs musicales.

Más que una deconstrucción del género, lo que encontramos en la última película de Jarmusch es una valiente película que ayuda a seguir edificando la mitología del vampiro, añadiendo además una carga de mensaje detrás.

http://neokunst.wordpress.com/2014/06/26/ciclo-jim-jarmusch-solo-los-amantes-sobreviven-2013/
Kyrios
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