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Voto de Kyrios:
6
Terror. Intriga La Iglesia Católica tomó una decisión poco común al reconocer oficialmente la posesión demoníaca de una joven estudiante americana de 19 años. Emily Rose deja la seguridad de su hogar en un medio rural para ir a la universidad. Una noche, sola en su dormitorio, sufre la primera alucinación aterradora y pierde el conocimiento. Como estas experiencias son cada vez más frecuentes e intensas, Emily, católica devota, decide recurrir a un ... [+]
1 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scott Derickson se está labrando una interesante reputación en el género de terror, después de realizar la más que interesante “Sinister”. Ansiosos estamos algunos por su siguiente proyecto, “Two Eyes Starring” que también se incluye dentro del género. Sin embargo, una de sus obras ya pilares se trata de “El exorcismo de Emily Rose” que pese a lo que el título puede inducir a pensar, se trata de una interesante película que sabe jugar con diferentes texturas y ámbitos para hacerse un hueco en el cine de terror y no ser considerada una más.

Hay un interesante debate que llena la película y el tema central de esta. Del creer o no creer. Del más allá, las fronteras de la vida, del cielo y del infierno. El personaje principal de la película, el reverendo, interpretado por el magnífico Tom Wilkinson (algunos lo recordaréis por ser el Falconi de Batman Begins) es acusado por haber cometido un crimen al haber desatendido las peticiones de una muchacha que supuestamente estaba poseída, para que dejara la medicación de banda porque esta no le iba ayudar en su enfermedad y curarla sólo mediante el ritual cristiano. Evidentemente esto lo escuchamos por la calle o como noticia en un telediario cualquiera,y la respuesta lógica sería pensar que el reverendo es un chalado de cuidado y que se merece un castigo por tal imprudencia que al fin y al cabo costó la vida a la muchacha. Pero vete tú aquí que esto no es la realidad pura, sino que estamos ante la dimensión cinematográfica, que construye sus propios límites y nuevas realidades. Y una de las cosas más interesantes de la película es que consigue superar los límites de la razón para que incluso lleguemos a creer en lo que estamos viendo, aunque sea por un instante. E incluso empatizemos con el reverendo en los momentos más duros de la película y llegamos a padecer escalofríos al verle hablar de demonios (también hay que decir que en los primeros compases pensemos que el tipo no está en sus cabales). El miedo se impone a la lógica, despertando nuestras condiciones primarias.

Aún con esto otra cosa de agradecer es que el tono que se emplea en la película se acerca a una exposición de los hechos más bien científica. Es decir, está claro que Derrickson toma partido (no hay más que ver las figuraciones ilusionistas y las pesadillas que recrea) pero es capaz de presentar los hechos como si de un juicio se tratará. Él sólo hace de abogado del diablo, y a fe que cumple su propósito.

Por otra parte el guión no cae en la estructura básica que sucede en estos casos, sino que se recurre a una estructura mucho más interesante que además jugará correctamente con los tempos de la película. No se sigue una línea básica como en las cintas tópicas de exorcismos sino que el caso se reconstruye mediante diversos flashbacks durante el juicio sobre la acusación del padre. No sólo eso sino que entre las entrevistas que hay entre la abogada y el padre se acontecen debates interesantes que dan a la película una ligereza interesante, no dejando que decaiga y apoyando el debate principal de la película (ya de primeras ella se presenta como una agnóstica ante el padre, aunque las circunstancias le harán variar ligeramente).

Desgraciadamente la película no cumple con todas las expectativas y los momentos en los que se requiere una mano especial no acaban de cumplir. El tono pesadillesco funciona en los primeros momentos pero después se vuelve monótono y reiterativo y no consigue infundirnos el mismo respeto que en los primeros compases. Si a eso le añadimos que la historia tampoco da mucho más de sí (y por eso se adorna con una estructura tan aparentemente especial) pues ocurre lo que ocurre. Porque ver los gestos del demonio en una persona vale, dos también lo podemos pasar, pero a la tercera ya nos cansamos. Si a eso le añadimos que el título tiene razón (efectivamente, sólo hay un exorcismo en toda la película) y que resulta un poco insulso uno de los momentos más claves de la película…Hay artesanía pero no hay trazas de genio.

Por otra parte el debate principal acaba interrumpido con la solución final que se presenta (que Rose se dejó consumir?) nos deja con sensación de relato mal cerrado que otra cosa.

pd: No nos tomemos el basado en hechos reales al pie de la letra, ya sabemos que el público norteamericano (hablando en conceptos generales, claro está) tiende a valorar muy positivamente que una historia este basada en un caso real.

http://neokunst.wordpress.com/2013/04/01/analisis-filmico-el-exorcismo-de-emily-rose/
Kyrios
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