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Voto de Kyrios:
8
Acción. Aventuras En el Japón de la era Tokugawa, un grupo de nueve jóvenes samuráis está decidido a acabar con la corrupción reinante y a acabar con todos los que están relacionados con ella. Consiguen el apoyo del inspector de policía Kikui y se preparan para llevar a cabo su plan. Poco después, aparece Sanjuro, un personaje salido de entre las sombras, que empezará a actuar y a poner orden en medio del caos. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece mentira como en una época tan similar pero en lugares tan distantes se concibiera un tipo de cine que tiene muchas semejanzas. Sin duda me refiero a la relación entre Sanjuro y las películas que realizó el director italiano Sergio Leone en el continente europeo.

Las dos comparten una semejanza del personaje principal muy característica. Los dos son unos personajes que participan de una individualidad muy elevada, así que de tal manera parecen siempre guiarse por principios propios y únicos. De este tipo de personajes sabemos además poco de ellos, porque apenas poco importa su pasado. Los dos son grandes en su oficio (en este caso, el de matar), y parecen contener grandes misterios que los dotan de una áurea casi sagrada, mítica y salvaje. El hombre sin nombre de Leone así como los personajes que encarna Toshiro Mifune en Sanjuro y Yojimbo forman parte del pensamiento de nuestra época.

Ya Yojimbo se acercaba a este personaje enigmático y solitario. De hecho el buen éxito que tuvo la película en Japón condicionó Sanjuro, que en muchos aspectos se podría considerar como secuela de aquella. Por otra parte, “Por un Puñado de dólares” se trata de un remake encubierto de la película de Kurosawa (no es un secreto, pues se trata de un hecho reconocido y conocido). Sin embargo, en Sanjuro encontramos algunas diferencias también. Aquí nuestro protagonista principal si parece tener una moralidad clara, que se halla en conflicto perpetuo con el mundo exterior. Sanjuro no es un simple vagabundo o un samurái de élite, sino que es un hombre que se ha forjado en mundo donde se impone la ley del más fuerte, en la que o sobrevives o eres aniquilado. A diferencia de los personajes de Leone, los cuales rozan claramente la figura del mercenario, Sanjuro es realmente un pacifista convencido, dando buenas muestras de ello a lo largo de la película. Este pacifismo confrontado a la violencia del mundo samurái es uno de los debates que se desarrolla durante toda la película (no hay más que ver los diálogos entre Sanjuro y el grupo de nueve hombres) y que se acaba con un final bello y terrible. Por otra parte es interesante ver como nuestro protagonista apenas comparte mundo con el resto, no sólo conceptualmente hablando, sino que muchas veces es retratado de manera distanciada, de tal manera que en la puesta en escena el personaje no comparte el mismo plano que los demás personajes.

También la música muestra la relación de aproximación entre el mundo oriental y el occidental, con temas variados que no se alejan excesivamente (si tenemos en cuenta la mentalidad del público receptor) entre los de Morricone y la compuesta por Masaru Sato para la película. Como en las películas de Leone, Sanjuro tiene un tema muy singular para cada situación, intentando describir incluso los momentos grotescos u otros que el cine clásico habría obviado.

Además de la modernidad que demuestran los personajes, también lo hace el argumento, que sucede de manera tan continuada que la acción puede parecer apresurada y todo. Las escenas transcurren con rapidez una tras otra y el espectador ha de hacer un ejercicio (placentero, eso sí) para poder captar el planteamiento que se le ofrece.

Pero además está la violencia. Sigo con las relaciones entre Leone. Si los Spaghetti supusieron un gran cambio en este aspecto, por mostrar conceptos que por algunos fueron tachados de inmorales (como una violencia retratada de manera cruda, como degustándose en ella misma), también en Sanjuro vemos este uso de la violencia. La sangre no corre excesivamente a raudales (excepto en una escena, que quedará para siempre grabada en la retina del espectador) pero hay momentos realmente crudos y salvajes, especialmente en los que Sanjuro muestra su habilidad con la espada. Las coreografías se suceden con entusiasmo y nadie del bando contrario sobrevive a la sangría. De hecho los bailes de espada que se suceden en la película influyeron en gran cantidad a muchos directores no sólo orientales, sino de nuestra tradición occidental. De hecho uno de los más famosos prestigiosos directores postmodernos actuales se inspira seguramente en parte del gran Kurosawa. No hace falta que cite nombre.

El humor vuelve a hacer su aparición en el film de manera muy singular. Podemos fijarnos en la escena en que Sanjuro se rebaja para que la mujer del chambelán pueda llegar al muro. De hecho este mujer (bastante singular, porque no decirlo) será una de las bases del humor de la película, que a su vez hace de fuelle para compensar la tensión de toda la otra parte de la trama.

http://neokunst.wordpress.com/2013/05/07/ciclo-kurosawa-sanjuro-2/
Kyrios
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