No me gusta comparar películas, es algo que odio. Cada una tiene su estilo, su personalidad, su espíritu y el toque especial de su director. Así que sobra en dicha crítica mención alguna sobre la de Arnold Schwarzenegger.

La película comienza con una voz en off adelantándonos la trama de la historia, el poder absoluto sobre el mundo a través de una máscara poderosa, la cual fue destruida y repartida por muchos sitios para la protección del mundo. El inicio de la vida de Conan es espectacular, nacido en la batalla. Con una madre guerrera hasta los últimos segundos de su muerte, una escena un poco de cara a la galería, cuando su padre lo trae al mundo, pero bueno, es lo que había que enseñar, un chico nacido para la guerra. Lástima que a partir de ahí, el director no haya tomado más en serio el desarrollo del personaje para identificarnos con él. No sabemos quien lo ha criado, si ha tenido una madre sustituta que le diera cariño, si ha tenido hermanos, si es sensible, cariñoso, orgulloso...nada de nada. Su juventud se resumen en una carrera con unos chicos mayores, llevando un huevo en la boca y peleando con un grupo de indios sioux que se escaparon de alguna película del oeste. Luego toca lo de siempre, acabar con su aldea y venganza. Y zassss, ya tenemos a Conan adulto y a todos los espectadores con cara de ¿y quién es este? Porque seguimos sin saber casi nada de él.
La historia te va dando la sensación de que te has perdido algún capítulo y que con el paso del tiempo debes ir rellenando lo que no has visto. ¿Se hizo un pirata o un ladrón? ¿Por qué estás con esos amigos? ¿Por qué el negro le debe tanta lealtad? Tiene más interés la historia paralela de la máscara, que el personaje de Conan en sí, y esto es un gran error. Menos mal que luego relativamente lo arregla fusionando ambas historias y yendo de la mano uno y otro personaje. Las batallas son espectaculares, pero sigo recalcando que el cine moderno nos muestra estas escenas tan rápidas y a tal velocidad, que dificilmente disfrutamos de ellas. Eso sí, me ha gustado las que se hacen de forma más lenta al estilo Zatoichi, con esa sangre muy tipo cómic. Los personajes están más que cumplidores la verdad, los malos hacen bien de malos, algo que yo agradezco enormemente y transmiten ese poder de dejar todo arrazado si se lo proponen. La brujería personificada en la hija del gran jefe también no podía faltar, y la señorita lo hace muy bien. Me han encantado esos soldados salidos de la arena. Por otra parte las escenas del sacrificio de la "pura" ya me cansa, es casi siempre lo mismo. A ver si de una vez nos ofrecen algo diferente a Indiana Jones.

En fin, que sin ser una maravilla, es una película bastante entretenida y con pinta de seguir alargando la saga.