El cuarto curso en la escuela Hogwarts nos traerá nuevas y buenas noticias. Para comenzar hemos dejado atrás una saga exclusivamente pensada para el público infantil, luego modificada para niños y adultos y hemos dado paso a las entregas hechas para un público especialmente preparado para ver cine de verdad, donde el miedo, la muerte y las cosas negativas han ocupado el lugar de las gracias y la inocencia infantil.

Pero no solo comprobaremos esos puntos antes mencionados, hay que tener en cuenta que nuestros protagonistas andan por los 16 años y las hormonas comienzan a florecer. A diferencia de los que la mayoría esperábamos, el romance entre Harry y Hermione, nada más lejos de la realidad, el despertar del amor en el corazón de Potter vendrá de una chica oriental que conoce en la escuela. Por primera vez veremos a un Ron discutir y poner en tela de juicio su amistad con el joven mago. Van creciendo y los problemas igual. Se agradece todo esto de cara al espectador.

Hasta el momento es la película más oscura de la saga. Los protagonistas van creciendo en conocimientos de la magia, y ya no se limitan a hacer pequeños trucos con la varita, ahora esos poderes van en aumento y cada vez son más peligrosos para los otros. El torneo de los tres magos será la parte central de esta película, donde se decidirá quien en el mejor mago joven del momento. Potter no puede participar por ser menor de 17 años, pero la copa expulsa extrañamente su nombre y lo dejan participar. A raíz de aquí comenzarán a suceder cosas muy raras, donde los seguidores y sumisos sirvientes de Voldemort tendrán parte de culpa o toda ella más bien. Lo cierto es que la aparición en esta cuarta parte del enemigo número uno de Harry Potter hará más interesante las próximas entregas, ya que se supone que la última entrega de la saga será el enfrentamiento directo y definitivo entre ambos contendientes.