Inusual en la carrera del realizador español Álex de la Iglesia es el hacer un remake, y más aun de una película apenas estrenada en su país el año pasado, la cual fue un éxito de público y ganadora de premios, y ante esta empresa poco habitual el resultado es muy satisfactorio, consiguiendo con su versión superar la original.

Un grupo de añejos amigos se reúnen para una cena justo la noche del eclipse con Luna roja, los anfitriones son Alfonso (Eduard Fernández) y Eva (Belén Rueda), de a poco empiezan a llegar Antonio (Ernesto Alterio) y Ana (Juana Acosta) y Eduardo (Eduardo Noriega) y Blanca (Dafne Fernández), quienes están apenas en su primer año de casados.

El gran morbo de la noche es conocer a la nueva novia de Pepe (Pepón Nieto) un profesor de educación física desempleado y pasado de peso que ha llegado solo ante un malestar físico de su pareja y decepción del resto, en una noche que pinta para ser aburrida pero que cambia todo al proponerse un inusual juego: que para demostrarse que ninguno de ellos tiene un secreto para ocultar, todo mensaje y llamada recibida en sus teléfonos celulares sea compartida a todo el grupo.

Si bien la premisa y los perfiles de los personajes son iguales a la versión original italiana, llamada Perfetti sconosciuti y dirigida por Paolo Genovese, De la Iglesia sabe imponer pronto su muy personal impronta desde un inicio al darle mayor realce al fenómeno lunar que se vive esa noche y su influencia en los personajes.

Y aunque la mayor parte de la historia se sucede en el área del comedor de un departamento, lo que le da un aire muy teatral al relato, en este caso el director español diferencia su versión de la original con una muy superior puesta en escena, que incluye algunos planos secuencia, planos más jugados y un mejor aprovechamiento de la locación.

A pesar de que en general se respeta a rajatabla el guion original, incluyendo algunos diálogos que son idénticos, esta nueva versión española es mucho más divertida, en parte por el perfecto timing de sus actores y una interpretación superior de todos ellos, en otro acierto desde la dirección, destacándose Eduard Fernández, Juana Acosta y Pepón Nieto, además cuenta con una resolución mucho más redonda y menos chapucera, notándose siempre la mano de un gran director y su muy particular humor, en su posiblemente menos personal película pero que de igual manera funciona y logra hacerla suya.


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