Tony acaba de sufrir la repentina muerte de su esposa y ha dejado de verle sentido a la vida, así que como no ha podido suicidarse porque la inunda la mirada de su perrita, así que decide decir y hacer lo que le dé la gana sin importarle los sentimientos de los demás, ya que los suyos ya están rotos.

La muerte de su mujer se nos hace tan cercana por los momentos que han vivido juntos y por el carisma de ella te puedes imaginar lo bonita que era su relación, una relación real, con defectos y con muchos sentimientos.

Una serie que refleja lo que significa estar obligado a encontrarse a sí mismo por las desgracias que han pasado en la vida, en este caso es Tony el protagonista que se ha vuelto aún más canalla de lo que ya era y crea un tipo de humor inteligente y reflexivo.

Me encantan absolutamente todos los personajes secundarios pero especialmente me gusta ver cómo se comportan y se adaptan al proceso de superación del protagonista, con delicadeza y mucha paciencia hacen todo lo posible para que Tony salga adelante.

Por otro lado, también toca un tema importante como la edad mayor, como tratamos a nuestros padres cuando se hacen mayores y empiezan a ser dependientes, y cómo reaccionamos a las barbaridades que pueden decir.

También debo decir que me gustaron muchas de las mini-reflexiones sobre el periodismo actual.

Las críticas negativas por parte de la prensa a la serie no las comprendo. No es una serie de óscar pero es para verla y admirar cada segundo de ella, sus silencios, sus sinceros consejos, y encima el protagonista es un desvergonzado con el que es imposible no reírse.