Me ha gustado mucho cómo critica el director lo que pongo en el título: cómo la mercantilización de las relaciones humanas para obtener beneficio propio (económico, laboral, social, etc) al nacer desde el egoísmo y el individuo se olvidan de la persona y su naturaleza social y terminan por condenarla.

Esto lo retrata en el momento en el que se queda sin trabajo al inicio Chan-Sil, ella era productora y ya no lo es, pero no, ella realmente es persona y ejerce un oficio; es gracias a su relación con su casera y el personaje ficticio que se monta en su cabeza cómo se da cuenta de que ella es algo más que productora, que la vida más allá: disfrutar de las cosas simples.

Lo sabe pero se da cuenta en el momento crítico de perder algo. Detalles y rutinas que va adquiriendo a lo largo de la película a medida que va conociéndose... Porque al final vemos como la necesidad impuesta de ser productivos es la que provoca que perdamos la poca humanidad que nos queda como personas para convertirnos en engranajes sociales.