Media votos
5,9
Votos
1.900
Críticas
31
Listas
2
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Rolenko:
3
6,4
24.329
Intriga. Thriller
Años 70, en plena guerra fría. El fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una nueva misión: se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del Servicio y sólo alguien de fuera puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes ... [+]
26 de diciembre de 2011
26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
00:35. Noche del Viernes;
Dos amigos y yo acabamos de salir de ver Immortals, hacemos una sesión doble de cine y nos metemos en la sala de El Topo, según había leído sobre espías en la guerra fria y con el director de “Déjame entrar” por lo que no sonaba nada mal, además con varios actores de renombre.
Tras ver un par de trailers, empieza la peli y con la primera escena nos empezamos a descojonar los tres, mientras el resto del cine nos chista y nos mira molesto; ¡es John Hurt! ¡El viejo loco que hacia el fritanga con un bastón y una túnica hace solo un momento en Immortals, ahora está vestido de traje y habla muy serio!
Desde luego es un mérito que este anciano actor tenga la capacidad de salir en todas las películas que voy a ver al cine.
Después de un prólogo bastante prometedor vieeeeeeeeenen los títulos de crédito, y vaya si vinieron parece que no se vayan a marchar nunca, acompañan a Gary Oldman mientras da un agradable paseo por Londres, no se cuánto duraron, creo que como unos 45 minutos más o menos, se ve a un Gary Oldman más “oldman” que nunca (sí, se me a ocurrido a mi solito) caminando… la cámara le sigue y luego…le sigue siguiendo… recorre una calle, cruza un paso de cebra, continúa… prosigue paseando por un puente la cámara se recrea en…su paseo, en su mirada melancólica, después entra en un portal, sube unas escaleras se ve como las sube una a una la cámara se jacta de cada escalón que sube, la música acompaña ese sinuoso caminar, llega a casa, se sienta en el sofá (en realizar esta acción tarda 10 minutos) y se queda mirando al vacío otros 10 minutos más, habrá algunos que digan que esto es poesía pura, una fiel representación de la tranquila vida del jubilado, una presentación genial del personaje en el que nos muestra su personalidad a través de un simple paseo, pues yo lo único que veo es una soporífera puesta en escena que sino te duerme, te irrita, por lo menos te das cuenta del ritmo que va a llevar el film así que al menos es franca y sabes lo que viene a continuación.
Dos amigos y yo acabamos de salir de ver Immortals, hacemos una sesión doble de cine y nos metemos en la sala de El Topo, según había leído sobre espías en la guerra fria y con el director de “Déjame entrar” por lo que no sonaba nada mal, además con varios actores de renombre.
Tras ver un par de trailers, empieza la peli y con la primera escena nos empezamos a descojonar los tres, mientras el resto del cine nos chista y nos mira molesto; ¡es John Hurt! ¡El viejo loco que hacia el fritanga con un bastón y una túnica hace solo un momento en Immortals, ahora está vestido de traje y habla muy serio!
Desde luego es un mérito que este anciano actor tenga la capacidad de salir en todas las películas que voy a ver al cine.
Después de un prólogo bastante prometedor vieeeeeeeeenen los títulos de crédito, y vaya si vinieron parece que no se vayan a marchar nunca, acompañan a Gary Oldman mientras da un agradable paseo por Londres, no se cuánto duraron, creo que como unos 45 minutos más o menos, se ve a un Gary Oldman más “oldman” que nunca (sí, se me a ocurrido a mi solito) caminando… la cámara le sigue y luego…le sigue siguiendo… recorre una calle, cruza un paso de cebra, continúa… prosigue paseando por un puente la cámara se recrea en…su paseo, en su mirada melancólica, después entra en un portal, sube unas escaleras se ve como las sube una a una la cámara se jacta de cada escalón que sube, la música acompaña ese sinuoso caminar, llega a casa, se sienta en el sofá (en realizar esta acción tarda 10 minutos) y se queda mirando al vacío otros 10 minutos más, habrá algunos que digan que esto es poesía pura, una fiel representación de la tranquila vida del jubilado, una presentación genial del personaje en el que nos muestra su personalidad a través de un simple paseo, pues yo lo único que veo es una soporífera puesta en escena que sino te duerme, te irrita, por lo menos te das cuenta del ritmo que va a llevar el film así que al menos es franca y sabes lo que viene a continuación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Después de eso recuerdo un montón de conversaciones que me hicieron perderme irremediablemente en la trama, hablaban de un infiltrado, de la guerra fría, de movidas con los rusos… pero nada me quedaba claro, puede que no pusiera toda mi atención pero… ¿no dice una ley esencial del cine que todo lo que se dice en lugar de ser mostrado se pierde para el público?, el caso de esta película en referencia a ésto es bastante curioso, se muestra en imágenes la banalidad o se explaya en mostrar pequeñas ideas demasiado tiempo, para luego por el contrario contar el grueso de la trama en largas conversaciones que carecerán de interés y de sentido para alguien que no tenga plenos conocimientos del contexto social en que se basa.
Quedará para el recuerdo la maravillosa metáfora de la abeja que cuela en el coche con todos dando manotazos torpemente, tratando de espantarla hasta que el señor Gary Oldman mira a la abeja con solemnidad como un padre miraría a al hijo que le acaba de tirar el tiesto y baja la ventanilla pacientemente para que el bicho salga sosesagadamente. Como idea está bien pero el tempo de la acción llevado es exasperante.
…Después solo recuerdo a Carmen Electra bailando delante de mí vestida solamente con un gorro de Papa Noel e indicándome con el dedo que me acerque a ella, me levanto para no resultar descortés y me preparo para blandir en mis manos esos recauchutados pechos…
Me incorporo de mi asiento transpuesto al notar que alguien me zarandea los hombros, es un segurata invitándonos amablemente a salir – ¡venga a dormir la mona a la puta calle! –
unos títulos de créditos adornan la pantalla ahora sobre fondo negro (curiosamente más entretenidos que los del comienzo), observo a mis amigos desperezándose y claramente molestos por lo empujones que reciben por parte del de seguridad, la sala del cine está completamente vacía, son las 02:50…
El Topo…
Creo que ha llegado el momento de iniciarme en el cine de Jodorowski.
Un 3,3.
Quedará para el recuerdo la maravillosa metáfora de la abeja que cuela en el coche con todos dando manotazos torpemente, tratando de espantarla hasta que el señor Gary Oldman mira a la abeja con solemnidad como un padre miraría a al hijo que le acaba de tirar el tiesto y baja la ventanilla pacientemente para que el bicho salga sosesagadamente. Como idea está bien pero el tempo de la acción llevado es exasperante.
…Después solo recuerdo a Carmen Electra bailando delante de mí vestida solamente con un gorro de Papa Noel e indicándome con el dedo que me acerque a ella, me levanto para no resultar descortés y me preparo para blandir en mis manos esos recauchutados pechos…
Me incorporo de mi asiento transpuesto al notar que alguien me zarandea los hombros, es un segurata invitándonos amablemente a salir – ¡venga a dormir la mona a la puta calle! –
unos títulos de créditos adornan la pantalla ahora sobre fondo negro (curiosamente más entretenidos que los del comienzo), observo a mis amigos desperezándose y claramente molestos por lo empujones que reciben por parte del de seguridad, la sala del cine está completamente vacía, son las 02:50…
El Topo…
Creo que ha llegado el momento de iniciarme en el cine de Jodorowski.
Un 3,3.