Una de las películas que más me ha hecho reir en toda mi vida ha sido una francesa titulada La Cena de los Idiotas (Sodomizada por Steve Carrel y Paul Rudd) de Veber, donde se jugaba en la complicidad de dos personajes de personalidad diferente pero ambos idiotas. Lo de juntar a dos personajes dispares y jugar con esas diferencias funciona en el cine desde sus incios: Los olvidados el gordo y el flaco, los nunca recordados Abbot y Costello, La Extraña Pareja...

En este film sigue esa tónica, juntan a un hombre pobre del extrarradio (Driss) con un ricachón tetrapléjico (Philippe) y mediante las diferencias, que no son tantas como podría pensarse, vemos como nace una relación de verdadera amistad entre ellos. Y funciona muy bien, el humor que destila es acertado y gracioso, y a una comedia no se le puede pedir mucho más.

Ahora vienen los puntos en contra, el drama introducido no me acaba de convencer. La película funciona muy bien cuando se trata de comedia, en las partes dramáticas pega pequeños bajones. En este caso ser una comedia dramática juega más en su contra, como decía Ana Botella dos manzanas pueden dar una manzana y dos peras una pera, pero si mezclas una manzana con una pera no dan nada por que son especies diferentes.

Pues eso, si pontenciaran más la parte cómica y dejaran de lado el forzado drama podría ser mejor película de la que es. Dicho esto, esta película es mejor que la mayoría de películas de la cartelera de este año, y quizás también del anterior. Recomendada a todos, que seguro que les gusta.