La última entrega de Potter peca de épica en exceso, dejando las emociones de lado (en ocasiones). Cierto que espectacularidad no le falta, así como buenos temas musicales y efectos especiales, aunque todos sabemos que las ocho entregas tienen grandísimos efectos especiales. Hay cosas en la película que dejan en blanco, escenas que carecen de sentido y con un guión muy previsible y nada cuidado. Aunque una de las cosas que más me gustó, pese a todo lo dicho, es la interpretación de Daniel Radcliffe. No es espectacular, pero hasta esta película, el joven actor no me consiguió transmitir nada en ninguna entrega, pero en esta última me ha impresionado, con expresiones faciales totalmente creíbles nunca vistas en las anteriores. Maggie Smith es la heroína del reparto, impresionantes escenas con la dulce y entrañable profesora. Así como Alan Rickman, jugando un papel importantísimo. A mí, sinceramente, el final no me pareció perfecto, solo aceptable, pero repito que en ningún momento el film se hace pesado ni nada parecido, es muy entretenido y hay momentos muy impactantes. Yo le pondría lo mismo que filmaffinity, un 7,0.