Si bien es cierto que la cinta es todo un paradigma, prodigio y alarde de la facturación técnica con escasos recursos, esta épica cinta, una especie de western en el desierto adolece sin embargo de algo esencial en el cine. No mantiene el ritmo.

217 minutos se me antojan excesivos para mantener la atención de cualquier humano. Demasiados espacios vacíos, imágenes maravillosas sí, aunque dudo que elocuentes. De cualquier manera nadie pone en duda que se trata de una obra inflexión, como alguna que otra en el orbe cinematográfico, tipo Ciudadano Kane, 2001 Odisea del espacio, La jungla del asfalto, La naranja mecánica, El Padrino, etc...

Maestros como Lean, Welles y sobre todo Kubrick dotaban a sus obras de la maravillosa y armónica conjunción entre imagen y sonidos, si bien unos estuvieron más acertados que otros a la hora de conseguirlo.

En este caso Lean, sirviéndose de un potente elenco de actores, Guinnes por encima de todos ellos pergeña una épica película de aventuras, algo parecido a un western en el desierto.

O´toole fue sobrevalorado en su actuación, aunque no deja de ser más que correcta, aunque Sharif, Quinn (si bien repite los mismos gestos y modismos que en su interpretación de Zorba, y otras interpretaciones), y sobretodo, tal como dije antes es el genial Guinness quien se lleva el gato al agua.

David Lean, nos muestra el camino. Kubrick en la naranja mecánica tomó nota, lo mismo que Scorsesse en la Última tentación de Cristo, Y Spielberg en la saga de Indiana Jones.

Películas como ésta hoy en día son casi inimaginables, pero los pequeños aficionados al cine no nos damos por vencidos.