Parafraseando a la guapísima, según el tío Pío y todos nosotros, en su famosa canción hay que responsabilizar a los tres, a Gilda, a Johny Farrell y a Ballin del tremendo lío en el que se meten por su soberana estupidez. Claro que si hicieran lo que tienen que hacer no tendríamos película o, al menos, sería muy diferente. Es tan evidente lo que digo que la propia Gilda se califica así misma y a Johnny de idiotas y el capitán Obregón lo tacha a él de tremendo imbécil.

"Gilda" es, sin duda, una película interesante por sus muchos aciertos. Rita Hayworth está impresionante (¡qué novedad!), la fotografía y la dirección de Vidor son notables, los diálogos son bastante buenos o la tensión sexual que se consigue plasmar la convierte por derecho propio en una obra mítica para mayor gloria de Hayworth. Ahora bien también cuenta con algunos fallos que me empujan a rebajar la nota global. Para empezar el guión es más que confuso. Por ejemplo, la trama de lo del tungsteno no hay quien lo entienda. Igualmente el final es bastante decepcionante y precipitado. Se puede alegar que esto no es importante porque lo que interesa es la relación Gilda-Johnny. Pues vamos a ella.

Como he dicho la culpa de todo es del trio protagonista que va de error en error fruto principalmente de su obstinación en engañarse así mismos y a los demás sobre los propios sentimientos. Básicamente Ballin en ningún caso puede casarse en la forma en la que lo hace (es de hecho una invitación a los celos y a la infidelidad), Gilda, que tampoco debería casarse, debe mostrarse mucho más fría y distante con Johnny. ¿A qué viene su insistencia en provocarlo y ponerlo celoso? Si es que se está delatando. Igualmente Johnny debe pararle los pies rápidamente a Gilda. Pero su postura es tan incoherente como el del perro del hortelano, que ni come ni deja comer. La rechaza pero no quiere que esté con otro pero se lo permite pero le da rabia pero le da igual pero se lo reprocha pero la quiere pero la odia... Menudo lío. Y lo peor, el marido. Imposible que no se de cuenta de que le están traicionando. Vaya inocentón.

Lo siento pues, aunque la relación puede gustar a algunos por tormentosa, lo cierto es que me causa malestar. Ese odio (muy violento el trato de Farrell a Gilda y sus deseos repetidos en varias ocasiones de golpearla), esa humillación bastante servil de Gilda, esos celos tan acusados, esa falta de sinceridad no me gustan. Yo lo que hacía era animarla a que mandara a paseo a Farrell o, en su defecto, que éste dejara tranquila ya a Gilda. ¿No debemos entender que él la dejó en esa historia del pasado que nunca nos aclaran? Pues que se aguante.

Un último apunte sobre la famosa bofetada que, dicha la verdad, pasa bastante desapercibida. La polémica que se lio en su momento indica lo sensibilizada con estaba la sociedad española (y americana) de los 40 contra lo que llamamos ahora "la violencia de género" pues la condena a tales acciones no es privativa de los tiempos actuales.