Tanto el planteamiento como el hilo argumental resultan interesantes. Un ex-agente de la CIA que en sus vacaciones aborta un atentado terrorista y acaba con un terrorista es la excusa para que el hermano del muerto intente su venganza contra él. De este modo, durante los primeros 50 minutos la tensión se mantine correctamente. El intento de asesinato contra Jack y, sobre todo, el ataque de los terroristas a su mujer e hija en la autopista es bastante bueno.

Pero luego desvaria. Se van demasiado por las ramas. La trama irlandesa, la libreria como tapadera, la parte del campamento en el norte de África, casi es surrealista aparte de inútil. Y luego la parte final no tiene mucho gancho. El hecho de que Sean Miller, el terrorista que se quiere vengar, llegue a tal extremo de delirio contra Jack, no acaba de convencerme. Al final resulta demasiado plano el malo.