Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Reaccionario:
3
Comedia. Ciencia ficción Barnaby Fulton (Cary Grant), químico de una importante empresa, está empeñado en encontrar la fórmula de la eterna juventud. La fortuita intervención de una chimpancé que ha servido para los experimentos provoca magníficos resultados que ni Fulton ni su esposa (Ginger Rogers) ni su jefe (Charles Coburn) podrán entender cómo se han producido. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2019
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece el regreso de Ginger Rogers a la gran pantalla pero realmente no lo fue ya que la actriz de Misuri seguía sacando películas con regularidad casi todos los años. Sin embargo, si no me equivoco, desde "Fin de semana" (1945) no obtenía un éxito comercial como la presente "Me siento rejuvenecer", que en esta ocasión logró colarse entre las diez más taquilleras del año en los Estados Unidos, precisamente en el último puesto, además de una nominación a los globos de oro. En cualquier caso y siguiendo con ella, vaya capacidad de genuflexión de su personaje, Edwina, y no me refiero a su buena forma física, que la tenía pese a andar sobre los cuarenta, sino a su complaciente actitud ante su atolondrado marido, Barnaby (Cary Grant). La deja plantada y ella, totalmente comprensiva y sonriente, se pone a hacer la cena. Es que es una "buena mujer americana". Si fuera una hembra española cogería un berrinche tremendo y cuando el varón español, cerveza en mano, le dijese algo así como "¡María, la cena!", le respondería con "¡La cena te la va a hacer tu madre!", dándole un portazo.

En fin, que resulta que tenemos una comedia pura, "Me siento rejuvenecer", que se basa en una idea que así contada podría parecer que tiene gracia, unos señores se toman una pócima con la que se vuelven unos niños o a lo sumo adolescentes. Sin embargo, no lo tiene, es decir, no hay situación cómica posible salvo la de ver a Cary Grant y Ginger Rogers haciendo un poco el ganso. Se vuelven unos críos pero ¿y qué más? Pues prácticamente nada. Así que entre el poco recorrido de la idea, el ritmo tan lento y la larga introducción la película puede producir bostezos. Tal vez lo mejor sean los títulos de créditos con "espera Cary, todavía no" y alguna escena suelta como en la piscina. Pero hay algo aún peor: que los afectados por el brebaje no se comportan como chicos/as, sino más bien como lelos de tal forma que lo que han descubierto es el LSD o alguna otra droga dura que te deja flipado, totalmente desinhibido. Por último, mención a Marilyn Monroe, muy guapa ella, cimentando el rol de "rubia tonta", que si lo pensamos en realidad no sólo es denigrante sino que además es muy poco atractivo.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow