El género de la comedia romántica es, no el único, pero sí uno de los más vapuleados por la crítica. Y aunque es cierto que actualmente se encuentra uno con adefesios horripilantes, suele ser agradecido de ver, si se hace con sensibilidad y talento. Creo que la fórmula aquí, como en todo, es innovar lo menos posible. Claro que también es probable descubrir productos atípicos como ésta "Las fuerzas de la naturaleza" que promete una indigestión de azúcar pero que termina siendo más drama con cierta consistencia que amoríos. Aunque no quiero engañar a nadie. La película es floja y con poca gracia pero por lo menos tiene un desenlace que te deja con la boca abierta. Nunca lo hubiera imaginado.

Antes de seguir hay que aclarar un malentendido de inmediato. Juraría que Sandra Bullock y Ben Affleck formaban una pareja artística que habríamos visto infinidad de veces en la gran pantalla, preferentemente en este registro, pero la realidad es que sólo han coincido en este trabajo. "Las fuerzas de la naturaleza" se pase casi sus ciento dos minutos de duración restregándote el pastel por las narices para luego ofrecerte otra cosa muy distinta, relacionada con la reflexión, por supuesto, sobre el amor y el matrimonio pero también sobre la responsabilidad, las actitudes vitales, los hijos, el miedo a equivocarse o las segundas oportunidades. Como se ve, es más seria de lo que parece en todo momento.