No es una película fácil de ver pues en ella la enfermedad, aunque no es lo más importante, tiene un peso fundamental por lo que dudo si "La habitación de Marvin" sería una recomendación completamente válida para toda la familia, aunque yo diría que sí. En todo caso, es un melodrama basado en la obra de teatro homónima de Scott McPherson, escrita y estrenada en 1990. Por cierto, que este dramaturgo, abiertamente homosexual, murió en plena juventud a los 33 años víctima del SIDA. La verdad es que pese al potente reparto pasó desapercibida por las taquillas con menos de 13 millones de dólares recaudados frente a los 23 gastados.

Como crítica, evidentemente Jerry Zaks, que rodó su primera y casi su única película, se muestra de lo más comedido. La historia es tópica, sencilla y fácil de adivinar pero a pesar de todo está muy bien construida gracias a sus personajes llenos de humanidad. Me recuerda a "Agosto" (2013), con reunión familiar después de un tiempo y trastos a la cabeza, pero sin la aparatosidad de ésta última. De hecho, la virtud de "La habitación de Marvin" está en su aire cotidiano impregnado de cierta dulzura y en unas grandes Meryl Streep y Diane Keaton. Bello relato de familias separadas, de enfermedad, responsabilidad y, sobre todo, de amor.