Cosa rara, vi la "Toy Story" original, luego la tres y ahora le toca el turno por fin a la segunda. Claro que me podía haber ahorrado el palo pues si ya de por sí la saga tiene un nivel diminuto, además de ser destructora del dibujo animado, pedestre y desmitificara, esta de 1999 se lleva el premio a la peor. La verdad, no me explico que pueda gustar a alguien con más de cinco años porque esta parida no sólo es obtusa sino que carece de aventura que valga la pena, humor, encanto o cabeza. Ir de un lado para otro, que guión más simple, gritar mucho, cuantos más personajes mejor, y algunos porrazos, insuficiente para sacarte del aburrimiento. Lo único que aporta algo argumentalmente es la aparición del villano llamado Zurg pero se ventila en unos pocos minutos.

"Toy Story", que también fue un gran éxito comercial, la tercera más taquillera tanto en el mundo como en los Estados Unidos, sólo tiene el gancho de sus muñecos. En líneas generales el diseño a ordenador sigue siendo feo, atención al niño que se aproxima a la categoría de monstruoso, y la pareja del Sheriff Woody y Buzz Lightyear es tan sin gracia como siempre. En cambio, la vaquera Jessie, aunque algo gritona, es simpática y la más mona. Además de ella, sólo se salvan los tres marcianitos. Ahora bien, lo que mata a la película es lo antimágico de ver a todas estas figuras moviéndose como Pedro por su casa, a pleno día, encima sin que nadie los vea, cosa que me llegó a irritar. Señores, los juguetes sólo cobran vida de noche y por arte de encantamiento.