Se pueden señalar unos cuantos fallos de "Harry Sucio". Quizás el principal es que no tiene hilo argumental. Más bien parece que Don Siegel ha ideado a un héroe, Harry Callahan (Clint Eastwood), lo deja suelto en la ciudad y éste se dedica a "desfacer entuertos". Cierto, hay un malo, Scorpio, bastante odioso, pero aún así no hay una trama conjunta sino distintas aventuras con los mismos protagonistas. En este sentido me recuerda a una especie de comic o serie de televisión con una historieta que el próximo día cambia. Pero pese a los errores que pueda tener, "Harry el sucio" es ya un clásico por inaugurar prácticamente el género policial y de asesinos psicópatas. Además, el propio Callahan tiene el mérito añadido de sentar las bases psicológicas y estéticas del arquetipo del "policía duro" que hemos visto decenas de veces en la gran pantalla. De hecho, es casi un icono del siglo XX.

Respecto a Callahan discrepo de la opinión mayoritaria sobre él. A mi no me parece ese tipo misántropo, odioso y solitario, casi un alter ego de Scorpio, he llegado a leer. Cierto que tiene sus problemas personales pero quizás pasamos por encima los pequeños detalles que dotan al personaje de otros matices. Por ejemplo, cuando lo tratan de encasillar de racista, Callahan parece asentir pero le guiña el ojo al amigo para que vea que está de broma. Quiero decir que no le importa que crean los demás que es como aquí se comenta pero, en el fondo no es ni mucho menos, un mal tipo, sino que incluso me atrevería a llamarlo un caballero del siglo XX y hasta un filósofo. Y si no, prestad atención a los diálogos que salpican la película, a través de los cuales podemos vislumbrar su peculiar mentalidad.

Otra cosa distinta es la concepción que "Harry el sucio" plantea sobre la justicia, de lo que se puede hablar largo y tendido. En todo caso parece una denuncia de las excesivas garantías que los sistemas judiciales otorgan a los ciudadanos en detrimento de las víctimas. A mi modo de ver, Callahan tiene bastante razón en lo que plantea. Por ejemplo, se puede alegar que las pruebas encontradas contra Scorpio no son válidas pues no existe una orden de registro. De lo contrario la misma policía podría colocar pruebas falsas. Mi respuesta es que si la policía quiere hacer esto lo va a hacer haya orden o no de registro, como se puede ver en "Sed de Mal". Por otro lado, Scorpio, si fuera inocente, tendría numerosas formas de defenderse, por ejemplo, mediante una coartada convincente, con lo que a la policía se le caería el pelo por fabricar pruebas falsas. Lo mismo se puede decir sobre la vulneración de los "derechos del detenido" cuando Callahan hace más que bien sacándole como sea el lugar donde tiene encerrada a la chica y el propio concepto de "detención ilegal" que no hay quien entienda.

En definitiva, los escrúpulos legales para proteger al delincuente son en muchas ocasiones absurdos, motivados por una concepción liberal del poder que presupone que siempre va a obrar mal, junto con un pensamiento mágico que cree exorcizar dicho mal con fórmulas totalmente inoperantes. Si funcionan es porque el poder no siempre, ni mucho menos actúa mal. Pero cuando lo hace se ríe de los peces de colores que las "garantías jurídicas" y "derechos fundamentales" pretenden servir de obstáculo. Y es que el límite al poder hay que buscarlo en otro lado, no en el mecanicismo de la división de poderes y pesos y contrapesos del liberalismo clásico que no es más que una pamema.