Parece mentira después de calificar a una película de buena, a continuación aconsejar que no se vea pero así es. Es decir, "La señal" o "The Ring", versión americana de la japonesa del mismo título de 1998, es una notable adaptación pero mi recomendación es que se vea imperiosamente la original, pues es más terrorífica, inquietante y misteriosa. Ahora bien, una vez degustada la primigenia bien podemos acercarnos a la de Gore Verbinski, cuyo mérito está precisamente en trasladar lo mucho de bueno que tenía la de Hideo Nakata. Tal vez por eso no le doy una nota excesivamente elevada porque sus aciertos son prestados. Pero eso no quita que efectivamente sean tales, motivo por el que acaba resultando una excelente propuesta de cine de terror, acompañada por un apreciable éxito comercial, con casi 250 millones de dólares recaudados en las taquillas de todo el mundo.

Por supuesto, no es exactamente igual a la japonesa pero donde no lo es se muestra algo impostada. Por ejemplo, la figura del niño es un claro pero inútil guiño a "El sexto sentido" (1999). Lo mismo puede decirse de ciertos clichés norteamericanos en este género como es el recurso a visiones, sueños, caras raras que aparecen de sopetón y efectos de imagen o sonido. Sin embargo, la historia mantiene la intriga esencial pero sobre todo la impecable potencia de una pavorosa leyenda urbana, que es hasta retro, por el desfase del VHS. Sea como fuere, la presencia de Samara (Daveigh Chase), el pozo y lo que más, el visionado de esa perturbadora cinta, me sigue produciendo escalofríos de pavor, no exagero, se me pone la piel de gallina unas cuantas veces, no sé si por efecto arrastre de "The Ring" nipona o por los méritos propios de la presente. Imprescindible verla de noche.