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Voto de Reaccionario:
7
Drama Tras haber defendido el título diez veces, el campeón mundial de boxeo Rocky Balboa (Silvester Stallone) ha decidido retirarse. Sin embargo Clubber Lang (Mr. T), un boxeador muy agresivo que ha ido escalando puestos a base de destrozar a sus rivales, desea arrebatarle el título. Pese a la negativa de Rocky, Clubber consigue provocarle para que acepte el desafío, y esta vez el resultado del combate se presume bastante incierto. (FILMAFFINITY) [+]
12 de junio de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi por primera vez la saga de Rocky esta tercera entrega mi supo a poco comparada con las dos primeras. Sin embargo, aún siendo inferior, no me ha parecido que exista mucha diferencia. Tal vez la razón era que si la uno y la dos eran fundamentalmente dramas, ésta que estoy comentando está concebida como una película de acción, si es que las peleas de boxeo puedan entrar en esta categoría. O mejor, aventura, en plan "Evasión o Victoria" (1981) pero cambiando el fútbol por los guantes. En este sentido, "Rocky III" derrocha frescura, ritmo, puro entretenimiento para todas las edades, incluso alegría si no fuera porque hay algún acontecimiento realmente triste en el devenir de la trama (SPOILER). Por ejemplo, la pelea de lucha libre es una pasada, el mismo entrenamiento con Apolo (Carl Weathers), con acompañamiento musical de Survivor, o el combate final, el mejor escenificado hasta ahora.

Al principio parece que Rocky Balboa (Sylvester Stallone), en la cumbre de éxito, se ha vuelto un tipo inteligente, con clase y elegancia. Están, él y su mujer Adrian (Talia Shrire), estupendos. Fijaos que bien hace ahora los anuncios, por cierto, algunos de ellos de gran belleza. Pero en cuanto nos damos la vuelta, la secuencia en la cama, no penséis mal, Rocky sigue siendo igual de tonto y Adrian, de tímida. Hay que darle una medalla ya a este personaje femenino, ella, tan pava y cortada pero a la vez con una fuerza, inteligencia y compostura admirable. Sin Adrian, Rocky se derrumbaría. Observad que su sola presencia le da una energía para entrenarse. En esta ocasión, su apoyo será fundamental porque el campeón del mundo estará desmotivado, falto de confianza como boxeador, incluso temeroso del saltar al ring por lo que puede perder. Necesita de nuevo, la mirada del tigre y la pegada del potro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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