Clasicazo de los ochenta del género juvenil, que mezcla atinadamente la aventura, la ciencia ficción, el romance y la comedia, todo con un tono de lo más comedido sin dejar de ser fresco. Cine comercial para todos los públicos, pero con lo suficiente calidad como para que se recuerde con cariño. Insisto en que este tipo de productos diseñados para toda la familia han desaparecido de las carteleras debido a una segmentación cada vez más pronunciada. Ahora hay títulos para adultos, para mujeres, para niños, para adolescentes, incluso para personas mayores pero no para todas ellos a la vez. Tal vez esa vocación intergeneracional ayudó a que el éxito de "Regreso al futuro" fuera mayúsculo: la número uno en las taquillas de todo el mundo y de los Estados Unidos en 1985.

No sé si está un pelín sobrevalorada o es que nos puede la nostalgia. Lo que sí está claro es que Michael J. Fox y Christopher Lloyd dan vida a unos personajes de enorme carisma. En concreto el primero marca un estilazo, con monopatín incluido, que ya quisiera el de de la nueva saga de Amazing Spider Man, Andrew Garfield, que le imita. Ambientación cincuentera que es muy agradable, incluida la banda sonora, mucho ritmo, situaciones confusas, amor, amistad, algo de acción, buen humor, lo tiene todo, hasta unos mensajes de superación personal. Otro punto es la trama que es algo complicada, doy fe que hay personas que no la entienden, pero que está desarrollada con suma facilidad: ni sobra ni falta nada. De los viajes en el tiempo, mejor hablamos en otro momento.