Título de teleserie para un western anómalo que combina, además de lo suyo, el thriller, la aventura, el drama y lo sobrenatural. Nuevo México, 1885. Unos malvados que se dedican a traficar con mujeres para llevarlas a México secuestran a Lilly (Evan Rachel Wood), la hija mayor de los Gilkeson. Afortunadamente para ella, su familia saldrá a su rescate ante la inoperancia del sheriff o el ejército. Ahora bien, el grupo no parece muy de fiar: la madre, la hija pequeña y el abuelo, con el añadido de que la primera y el tercero empiezan con una relación pésima entre ellos porque éste abandonó a su familia, incluida a ella, para hacerse apache veinte años atrás.

Basada en la novela de "The Last Ride" de Thomas Edison, tiene el inconveniente de ser un remake libre de "Centauros del Desierto" lo que mueve a los aduladores de ésta a criticar a la primera. Pues lo siento pero la película funciona bien, incluida la parte fantástica que la hace ser diferente, a pesar de que su metraje es excesiva o que alguna secuencia de acción, ciertos tiroteos finales, pueda ser confusa. Buenos actores y una trama con evidente morbo, centrada en lo que era casi una obsesión finisecular, la trata de blancas, cuenta encima, más allá de feminismos, con el aliciente para aquellos más viciosos, de ver a una guapa Evan Rachel atada y amordazada.