Reconozco que ya antes de empezar, la película te cae antipática y cuando pasan los minutos la sensación de disgusto lo que hace es incrementar. Muchos han comparado "El proyecto Adam" con el cine de los ochenta, incluso con "Regreso al Futuro" (1985, 1989 y 1990), lo cual es evidentemente un disparate, no se parecen en nada, entre otros motivos, por ejemplo, por la falta de carisma de sus personajes. Aquí tenemos por un lado a Ryan Reynolds interpretando a Deadpool pero sin máscara, es decir, un tipo de lo más insoportable con su verborrea continua; a un niño tan cargante con su penosa locuacidad que ves perfectamente justiciado que le hagan bullying; y a una señora, Zoe Saldana, que por supuesto, es la más lista del mundo, la mejor piloto, la más fuerte, la más valiente, la más dura, la mejor en todo y la que nunca se equivoca en nada. Vaya petardos los tres.

Pero vamos a suponer, que por un casual, nos caígan simpáticos los protagonistas. De acuerdo. En ese caso tenemos un largometraje que trata de abarcar demasiado pero que fracasa en todo los géneros que aborda. Como aventura, es un muermo; como ciencia ficción, no tiene sentido; como drama, es muy cursi; como comedia, no hace gracia; como cine familiar, los niños bostezarán con tanto problema adulto; y como romance, es un pretexto vacío para colarnos las obligatorias relaciones interraciales progre-feministas. O dicho de otra forma, "El proyecto Adam" se mueve de cliché en cliché en un trama nada original e increíblemente absurda, con demasiados flecos sin concretar, pero sí en cambio con varios momentos vergonzosos, además de aquellos en las que no dejan de parlotear, como ese risible final de traca con una mala sacada de "Señoras del (H)AMPA " (2019-).