Aquí tenemos una película que simula ser norteamericana, se supone que están en San Francisco y Los Ángeles, pero que en realidad es británica y se rodó en Rumanía y en Sudáfrica. De hecho, algunos de sus actores son de este último país, como Lisa King, Anthony Fridjohn y Tony Schiena, que más que actor es campeón del mundo de kárate y agente secreto. Parece broma pero no. Aunque si hablamos de artes marciales, tenemos a Jean-Claude Van Damme, que es belga pero aquí hace francés. El que es francés de verdad es el director, Philippe Martinez, aunque tiene apellido español. Claro que también podía haber sido canadiense, de la parte del Quebec, el Canadá francés, pero la que es canadiense no lo parece para nada porque es étnicamente china, Valerie Tian, y los que parecen chinos no lo son: Philip Tan es británico de Singapur y Simon Yam es de Hong-Kong.

Líos de nacionalidades al margen, "Justa venganza" se trata de un trabajo que en va en la línea del Van Damme declinante de las últimas décadas, esa en la que sustituye las peleas cuerpo a cuerpo por tiros y que aunque trate de dar seriedad a sus películas le acaba saliendo un producto mediocre. Esto es lo que sucede aquí a pesar de contar con una trama entretenida, altas dosis de violencia y una Valerie Tian muy jovencita, unos 14 años, que es un primor. Sin embargo, también es efectista en el peor sentido de la palabra, está llena de momentos que no aportan nada, está mal rodada y ni siquiera es capaz de hilvanar las secuencias de de una forma convincente. Dicho lo cual, la idea que la sustenta me parece maravillosa de tal modo que con las correcciones oportunas, las muchas correcciones, hubiera podido dar lugar a una auténtica obra maestra (SPOILER).