Ya me extrañaba que después de dos robos espectaculares esta panda de atracadores de guante blanco y elegante como pocas estuviera sin blanca. Atención al detalle de que en todas sus acciones no hay ni un tiro, ni una acción violenta o un puñetazo, ni siquiera una simple amenaza. Eso si que es tener clase. Como decía, pues no, y con las espaldas bien cubiertas, esta vez lo hacen por amistad, lo cual no impide que haya por ahí un suculentísimo premio para ellos que prácticamente les “obligan” a sustraer. Sea como fuere, “Ocean’s 13” regresa al estilo de la original. Un planteamiento sencillo, un robo que planificar y manos a la obra. Aunque aviso, robo, lo que es robo, no sabría decir si es lo que hacen estos. Pero tendréis que verlo para saberlo. Es cierto que película no innova nada, que la trama se enreda ligeramente y que incluso el golpe final es resuelto de un modo precipitado y con poca maestría. Aun así, el espectáculo de Steven Soderbergh sigue siendo el que nos tiene acostumbrado. Mucha pirotecnia, mucha pose y muchos chistes. Sí, me ha resultado especialmente divertida esta entrega definitiva. Con lo cual no es que sea una gran película pero si una obra bastante entretenida que no es poco.

Para lo bueno y para lo malo, “Ocean’s 13” no es más que una puesta en escena para el lucimiento personal de sus estrellas. Muy sueltas y con una complicidad altísima, destacan como siempre, George Clooney y Brad Pitt (Danny Ocean y Rusty, respectivamente). Vaya caras que pone el primero y vaya historias que le cuenta el segundo. Estos se tratan como si fueran amigos de toda la vida. Un puntazo. El resto cumpliendo con su papel, incluso con detalles que dan empaque a cada personaje. Por ejemplo, el momento nariz y copa de Linus (Matt Dameon) o Basher (Don Cheadle) con el libro “Como hablar de forma sofisticada”. En esta fiesta que se han montado Ocean y compañía, el malo de turno, interpretado por un gran Al Pacino, pese a ser un mal tipo, no deja de ser tronchante. Con todo lo dicho, sólo resta por apuntar que esta entrega pone el broche dignamente a una saga vistosa y amena que no pasará a la historia por su valía cinematográfica. Eso sí, a ver cuando se van a reunir tanto guaperas y tantas estrellas para rodar otra película. Mientras tanto voy a cruzar los dedos para ver si me reclutan para su próximo golpe y así poder entrar en su mundillo tan cool. Es broma, yo nunca me dedicaría al robo.