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3
Drama Kile Hadley, un magnate del petróleo, y Mitch Wayne, su mejor amigo y empleado, se enamoran de la misma mujer: la secretaria Lucy Moore. Kile, que es un alcohólico irresponsable, se casa con ella, aunque Mitch está convencido de que con esta boda Lucy comete un gran error. Al cabo de un año, contra todo pronóstico, Kyle parece un hombre nuevo: ha dejado de beber y presta más atención a sus negocios. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2017
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así que por mucho que escriba aquí Douglas Sirk, basta una ligera brisa para deshacer su película, condenándola a un discreto olvido. "Escrito sobre el viento", basada en la novela homónima de Robert Wilder publicada en 1945 y que nadie quiso llevar durante años a la gran pantalla, con buen criterio, tuvo tres nominaciones a los Oscars, una estatuilla a la mejor actriz secundaria, Dorothy Malone, y hasta una buena taquilla, al colarse como la décima en los Estados Unidos en 1956, pero ineludiblemente ha envejecido mal. Douglas Sirk se rodea de Rock Hudson y Lauren Bacall, entre otros, pero aunque intenta ser más serio y más profundo de lo que acostumbre no deja de gestar un melodrama de folletín bastante histriónico y obvio, eso sí, al menos con un inicio con algo de misterio.

"Escrito sobre el viento" aguanta de pie dos o tres minutos. Rápidamente se te atraganta con un romance doble o triple totalmente increíble por lo fulgurante. Es decir, unos caballeros ven a una señora normalita aunque con cierto saber estar y se enamoran perdidamente. Si fuera una belleza superlativa como la de Alexandra Breckenridge o Madoka Ayukawa, pues mira, me lo creería pero con ésta ni borracho, por mucho Lauren Bacall que sea. Pero esto no es todo, amigos. La obra puede sintetizarse en que los personajes en su conjunto se compartan de forma estúpida y a veces hasta incoherente, y en que los problemas son bobos. En el fondo se trata de una especie de fantasía rosada-lela para consumo femenino de chico bueno y chico malo, pero enamorados los dos.

De todos modos hay un punto que merece una reflexión adicional aparte. He leído en varios comentaristas que el largometraje muestra la decadencia de la clase alta norteamericana. Si es así como parece, es un nuevo fracaso pues Sirk o Wilder, no sé quien es el culpable, no explica nada sino que recurre a trucos, por ejemplo, poner al pobre guapo y al rico feo, para apuntar la tesis previamente aceptada. Se supone que esa caída de la élite vendría determinada por algo que es intrínseco o consustancial a ese grupo humano pero nada de lo que aparece, como la muerte de una madre, lo es sino que son cosas que le pueden pasar a todo el mundo. Ni siquiera aborda lo que intuimos, que de algún modo han sido malcriados. Así lo que queda es un cliché que no aclara nada.
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