Porque allí es donde debería acabar esta película tan pretenciosa, tan grandilocuente para decirte nada, tan pomposa, en fin, tan mala. Porque si el tono fuera más de serie B o de aventura pura y dura sería más aceptable. Pero no, me presentan este infumable producto con una magnifencia tal que lo único que consigue es que parezca peor de lo que es. Claro que otra película sobre la mafia irlandesa después de haber visto "El clan de los irlandeses", de la relación padre e hijo, después de "En el nombre del padre", de un hombre y un niño que huyen en coche, después de "Un mundo perfecto", pues, el nivel de comparación es tan alto que por fuerza "Camino a la perdición" tenía que quedar por lo suelos.

Aún así la obra venía muy bien avalada tanto por crítica como por aquellos que me la habían recomendado. Durante los primeros treinta minutos la cosa logra sostenerse más mal que bien pese a la pesadez del tono, a lo insustancial de lo que se presenta o a lo lento de la narración. Vamos más cerca del 4 que del 5. Pero llega la huída y la aparición del personaje de Jude Law y a partir de ahí se desmorona por completo en caída libre. Entonces pasamos de una pretendida tragedia a una road movie, a una comedia (el propio Harlen Maguire, el contable), a un remedo de Bonnie and Clyde pero a lo cutre, a drama familiar dulzón, etc.

Como los mafiosos se han olvidado de Michael tiene que ser este quien vaya a enfrentarse con ellos en unas secuencias "cumbre" de lo más facilón, vulgar y falto de emoción que he visto. El tiroteo en si es tan lamentable, está tan mal rodado, es tan increible que causa bochorno. Al final todo es tan soso, como se ha desinflado la historia de todo dramatismo, se tienen que sacar un as de la manga (que todos intuíamos) para que logre conmoverte, sin conseguirlo, claro.

Luego la película tiene una historia mal planteada, un guión bastante flojo y una forma de resolver las situaciones pésima. El hecho de que todo se desencadene por un error y la malicia de un malo malísimo tan poco creíble como Coonor Rooney le hace perder puntos, como la propia relación entre padre e hijo tan insulsa, como la interpretación de Tom Hanks, que no me gusta nada, como los propios personajes tan mal dibujados, como la escasísima profundidad psicológica, como el tono nada dramático, descafeinado que adquiere la cinta, como la parte final en el que el climax desaparece, como tantas cosas....