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España España · Barcelona
Voto de Sémele:
9
Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
25 de junio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacer justicia con unas pocas líneas a una película como "Origen" es casi imposible. Tan compleja en su conjunto y tan sencilla en su premisa, "Origen" es una obra de ciencia ficción mayúscula, inolvidable, apabullante... Un regalo, sin duda.

Christopher Nolan es un director inteligente que fusiona fondo y forma, emoción y espectáculo, subconsciente y realidad. La fuerza de su narrativa, la historia, halla su máxima expresión en unas imágenes poderosas que permanecen en la retina.

A veces, la ciencia ficción me deja fría pues siento la desconexión con el mundo real y no logra conmoverme. No es mi género favorito, vaya. Con "Origen", me ha pasado que me quedé engachada con la historia de Cobb y compañía, quería saber más. Y mérito es de Nolan, pues jamás se olvida de insuflar alma a la historia humana mientras teje una telaraña sumergida en el más puro subconsciente.

La película es como una cebolla (siento el símil tan culinario, no se me ocurre nada mejor). Sueño tras sueño, capa tras capa, vamos descubriendo cómo se manejan estos seres extraños que deambulan por subconscientes ajenos, apoderándose o introduciendo ideas, en nombre de aquéllos que pagan por sus servicios. Descubrimos además secretos del pasado que vuelven para atormentar.

Tienen profesiones curiosas: un extractor de secretos, una arquitecta del mundo de los sueños, un falsificador e imitador de personas, un químico que fabrica sedantes para dormir... En medio de todos ellos está Dom Cobb (Leonardo DiCaprio), el mejor extractor del mundo, que vive atormentado por un hecho del pasado y alejado de sus hijos a los que no puede ver. Un nuevo trabajo, encargado por Saito, un misterioso hombre de negocios, puede ser su billete de vuelta a casa. Las escenas con su equipo (Joseph Gordon-Levin, Ellen Page, Tom Hardy y Dileep Rao) me resultaron más interesantes y entretenidas que las que comparte con su esposa Mal (Marion Cotillard), cargadas de hechos reveladores, pero que relentizan el ritmo. Consciente de que son necesarias, no puedo evitar pensar que estropean un poco el conjunto. El componente humano, la inestimable parte emocional y catártica.

El componente humano aparece otra vez: Cobby deberá introducir una idea revolucionaria en la mente de un rico heredero (Cillian Murphy) para contentar a quienes le han contratado. A un climax apoteósico (los últimos 30 minutos), en perfecta consonancia con la difícil odisea de sus personajes, le sumamos la emoción de un hecho revelador que nos hace esbozar una sonrisa al darnos cuenta de la jugada maestra que cierra este absorbente puzzle de empaque espectacular y de sentimientos cercanos.

El guión, los actores, la música de Hans Zimmer, la dirección, los efectos especiales, el montaje... sublime. Una obra poderosa de inexistente confusión. Todo resulta claro, casi transparente, en este viaje onírico donde las imágenes del sueños (o sueños) parecen tener tanta coherencia como en la realidad. Los personajes se manejan dentro del sueño como si estuvieran despiertos. Lo interesante es el manejo de las dificultades, la carrera a contrarreloj, la rápida adaptación a la circunstancias, el percibir el látido alterado de los personajes.

Una obra fantástica esencial dirigida al gran público. Absolutamente recomendable.
Sémele
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